La lata que se vende ahora en bares, supermercados, máquinas, restaurantes... es la diseñada en 2003. De nuevo sin la imagen de la botella de fondo y recuperando las curvas del diseño de 1970. Persiste la imagen de las gotas, ahora más refrescantes, y la gran novedad - hasta ahora no vista - fue la incorporación de los colores amarillo y plateado.