Zapatero clava su mirada en la de Obama y el presidente de EEUU le devuelve el gesto con la misma intensidad. El presidente español ya puede dormir tranquilo. Entre los presidentes, sus ojos le eligieron a él. Y eso que las irresistibles mandatarias de Alemania y Argentina suponían una dura competencia. Pero la cómplice señal es clara y no admite interferencias. Ambos sonríen. Es esa espontánea risa nerviosa que surge cuando no compartes idioma. El lenguaje de los signos es universal.
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