El (fallido) golpe del 27-O

Se trataba de una operación de bandera falsa en la cual, unos militares realizarían atentados, para después culpar de estos a ETA.

Los coroneles Luis Muñoz Gutiérrez y Jesús Crespo Cuspinera y el teniente coronel José Crespo Cuspinera fueron detenidos en la mañana del 2 de Octubre de 1982 después de que el CESID (hoy CNI) obtuviera documentación que atestiguaba que estaban organizando un golpe de estado para el día antes de las elecciones del 28 de octubre.

Era conocido por el ejercito el historial ideológico de estos tres militares, en el que destaca que el coronel Luis Muñoz enviaba paquetes e intercambiaba correspondencia con el teniente coronel Tejero, que por entonces se encontraba en una prisión militar por el golpe del 23 - F. Además en los días previos a su detención, visitó en la prisión a Milans del Bosch, también imputado por el 23 - F.

Como caldo de cultivo para estas acciones, estaba planeado usar con anterioridad acciones terroristas para, de alguna manera, justificar las acciones posteriores.

El País publicaba lo siguiente el 8 de octubre de 1982: "Es cierto, indicaron, que los papeles de referencia hablan de aprovechar cualquier acción terrorista como caldo de cultivo para el golpe, e incluso de provocar acciones de ese género."

Según los  documentos incautados, el plan comenzaría a las 8 de la mañana del 27 de octubre, cuando serían tomadas todas las Capitanías Generales del ejército, las Junta del Estado Mayor, y los cuarteles de la Armada.

Posteriormente es muy probable que liberaran a algunos de los implicados en el 23-F, especialmente a Milans del Bosch, que tomaría el mando en Madrid y declararía el estado de Guerra, cerrando así todos los accesos a Madrid, tanto por carretera, tren y avión.

La tercera parte del plan era el tomar los edificios más importantes. Eran prioritarios el palacio de la Zarzuela, La Moncloa, el Congreso de los Diputados y Televisión Española, aunque también planeaban hacerse con los ministerios de Interior, Defensa, Cultura (debido al sistema de comunicaciones que tiene el edificio por haber sido anteriormente en Ministerio de Información durante el Franquismo).

Así mismo controlarían todas las emisiones de radio, los periódicos, Telefónica, etc.

Los tres militares detenidos por la planificación del golpe de estado fueron sometidos al juicio de un tribunal militar, que condenó a cada uno a doce años y un día de condena (aunque posteriormente se rebajaría a 6 años y un día), lo que implicaba, al superar los 12 años de pena, la expulsión del ejercito de los tres implicados.

Según palabras del entonces ministro de defensa, no se quiso llevar mucho más lejos la responsabilidad del golpe para mantener en calma a un ejército en tensión y se procuró que este hecho pasara lo más inadvertido posible.

De todas maneras, Felipe González, el que día mas tarde ganaría las elecciones por mayoría absoluta, calificó a los golpistas de una "minoría histérica, frente a cuya histeria hay que mantener la serenidad"