Zapatero purifica Villa Certosa

El presidente del Gobierno durante su visita a Italia, aceptó la invitación por parte de Silvio Berlusconi para acudir a Villa Certosa, lugar donde supuestamente el Primer Ministro italiano habría celebrado sus fiestas con chicas de compañía de por medio.

Zapatero y Berlusconi, a pesar de sus diferencias políticas, siempre han manifestado una abierta simpatía el uno por el otro.

Con motivo de la visita del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero a su colega italiano Silvio Berlusconi, bromeaba el otro día con unos amigos sobre las indicaciones que suponía le habría dado la esposa de Zapatero a éste antes de emprender el viaje. Imaginaba la plácida escena de una cena romántica a la luz de las velas entre el presidente y su amada Sonsoles. Ya en los postres, ésta con voz dulce y sosegada le diría algo así como “José Luis, sé que lo harías por el bien de todos nosotros, pero por favor, no te vayas de fiesta con Berlusconi, que es el diablo en persona”. Zapatero lleno de ternura en su mirada le respondería “tranquila Sonsoles, sabes que para mí no existe otra mujer más que tú”. De este modo, el presidente, inteligente como pocos en el dominio de las palabras, conseguía cerrar el tema sin decir nada que no supiera ya su mujer, pero sobre todo, sin descartar una furtiva visita a Villa Certosa, el templo del mal en el que Berlusconi supuestamente lleva a cabo sus perversas orgías.

Dejando a un lado mis ficciones y volviendo a la realidad, lo cierto es que Zapatero, tan prudente siempre a la hora de realizar cualquier tipo de declaración y que mide como nadie cada uno de sus actos o decisiones, en este caso, tal vez no valorara la repercusión que tendría una visita suya a Villa Certosa, por lo inapropiado que podría resultar de cara a la opinión pública.

Sea como fuere, hemos conocido que este jueves el presidente realizó una visita, eso sí, breve según se ha informado, a Villa Certosa, al aceptar la invitación que Berlusconi le tendió durante la comida que ambos mandatarios compartieron ese día. Más que tenderle una invitación, puestos a pensar mal, lo que tratándose de Berlusconi resulta casi obligado, diría que el hábil presidente italiano lo que tendió a Zapatero fue una trampa en toda regla, en la que éste habría caído con la misma inocencia que un cervatillo cae en un cepo para zorros.

Baso esta suposición en la premura con la que la prensa afín al primer ministro italiano, en concreto Il Giornale, diario propiedad de su hermano, ha sacado pecho por la visita de Zapatero a la “villa del pecado”, utilizándola además para atacar a la izquierda italiana. En el artículo que publica Il Giornale puede leerse así: “hay una izquierda que no teme abrir esa verja. Es una izquierda que habla otra lengua y no se avergüenza de quitar los sellos de la censura a la villa del pecado. Es una izquierda curiosa de visitar Villa Certosa y ver qué efecto tiene. Es una izquierda capaz de reírse de las bromas de Berlusconi sin ruborizarse. Es una izquierda que tiene la cara divertida y curiosa de Zapatero”. En el mismo sentido, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, ha subrayado la cordialidad y la cortesía de Zapatero durante toda su visita, y en particular, durante su escapada a Villa Certosa.

El presidente del Gobierno en su posterior viaje a Francia, y en presencia del presidente francés Nicolas Sarkozy, ha tratado de explicar los motivos que le llevaron a aceptar la invitación de Berlusconi para trasladarse a Villa Certosa en uno de los helicópteros privados que el Primer Ministro italiano tiene a su disposición. Zapatero trató de justificarse aduciendo el “respeto institucional” que le debe a su homólogo italiano y a que entendió que en ese momento era lo "prudente" y lo "razonable”.

Por supuesto no han faltado ya las protestas de distintos colectivos en nuestro país una vez conocida la noticia, especialmente desde los ámbitos feministas que ven como el mismo hombre a quien idolatraban cantando aquello de “ista, ista, ista, Zapatero es feminista”, ha sucumbido también a la tentación de Berlusconi, personaje despreciado y odiado a muerte por las feministas.

De todos modos, este incidente o traspié político por parte de Zapatero no pasará a mayores. No puedo dejar de preguntarme maliciosamente qué hubiera ocurrido y cuál hubiera sido la reacción de estos mismos colectivos que ahora apenas han mostrado su reprobación, de haber sido por ejemplo el líder de la oposición, Mariano Rajoy, quien hubiera traspasado la puerta de Villa Certosa, que según parece a juzgar por lo escrito sobre ella, conduce al mismísimo infierno. Y luego dicen que Berlusconi controla a la opinión pública…

En mi inquieta imaginación otra escena cobra vida. En este caso se trata de un copioso desayuno, nuevamente con Zapatero y Sonsoles como protagonistas. Al tiempo que la mujer de Zapatero le pasa el azúcar con la misma voz dulce, aunque ya no tan sosegada, le diría algo como “José Luis, yo sé que no has hecho nada malo, pero me prometiste que no te irías de fiesta con Berlusconi”. Zapatero, otra vez lleno de ternura en su mirada le respondería “tranquila Sonsoles, sabes que para mí no existe otra mujer más que tú”.