COBI BAILA SAMBA EN COPENHAGUE

El recuerdo de Barcelona 92 revivió ayer con más fuerza que nunca y hizo sonreír con orgullo, y porque no, un punto de malicia, a más de uno. Tras otros cuatro años de larga espera y duro trabajo, Madrid se despidió definitivamente de los JJOO del 2016. La reacciones a las palabras de Jacques Rogge, presidente del COI, tras proclamar vencedora a la candidatura de Rio de Janeiro, generaron una extraña mezcla de silencio y lágrimas en la multitud de madrileños que se encontraron en la Plaza de Oriente de la capital, con el estallido de alegría y emoción de los brasileños, que pasarán a la historia por ser el primer país sudamericano en organizar la cita olímpica.

La gala de inaguración de Barcelona 92 fue de las más originales de la historia

Si Cobi (para los que no lo recuerden, la simpática mascota de Barcelona 92) tuviera que escoger hoy un destino para irse de Erasmus, con toda probabilidad se decantaría  por Copenhague. Y es que a pesar de su duro clima, la capital danesa permitió ayer por la tarde a muchos catalanes descubrir con orgullo que siguen siendo los únicos capaces de traer unos JJOO a casa. Por unos momentos revivimos el momento en que la mágica flecha de Antonio Rebollo encendió el pebetero de Montjuïc (vale, a lo mejor pasó de largo, pero a ver si algunos entienden de una vez que lo importante es la originalidad, el simbolismo y la emotividad que generó!), el estremecedor "Barcelona" de Montserrat Caballé y Queen,  el espectacular éxito de los deportistas españoles, jamás visto antes, o el triste momento en el que Cobi se despidió surcando el cielo en globo. Con la derrota de la candidatura de Madrid 2016 recordamos por qué los de Barcelona fueron mucho más que unos juegos, que movilizaron a toda una sociedad (o a más de una) alrededor de un sueño que se cumplió, si cabe, mejor de lo previsto.

No obstante, hay que reconocer que Madrid trabajó con empeño y entusiasmo, y el resultado de su candidatura fue francamente digno de acoger unas olimpiadas. Pero por segunda vez no lo consiguió y Barcelona sí. No nos engañemos, si la candidata hubiera sido por ejemplo Sevilla, hasta nos hubiera dado pena, pero el eterno rival nos sigue dejando solos como olímpicos, y nos gusta. No está mal no entristecerse porque Madrid haya perdido, no todos tenemos por qué llorar. Algunos pensaran que es independentismo catalán (o fanatismo, terrorismo o una de tantas florecitas que algunos medios nos regalan a diario), pero en el fondo ayer por la tarde, dejando a un lado Madrid, no fue más que orgullo y emoción lo que sintió Cobi al recordar lo que fue nuestra Barcelona 92.