El Celta sigue atrapado en el "maleficio" de Balaídos

Vigo (Pontevedra).-  El Celta de Vigo volvió a toparse ante el Gimnástic de Tarragona, pese al postrero tanto de Rubén, que evitó la derrota (1-1), con el maleficio que parece perseguir a los gallegos en Balaídos, donde los celestes tan sólo han cosechado seis triunfos ligueros en los últimos quince meses.

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(EFE)

El jugador holandés del Celta de Vigo Quincy Owusu (i) y el defensa del Albacete, Diego Mainz pugnan por un balón.

A pesar de las advertencias del propio Rubén González, que en la previa del encuentro con los catalanes recordó que para ascender "es necesario hacerse fuerte en casa", el Celta volvió a tropezar una vez más en Balaídos.

Tropiezos que comienzan ya a hacerse costumbre en el estadio vigués, donde los celestes tan sólo han logrado sumar seis triunfos ligueros, cuatro en toda la temporada pasada, y dos en la presente, en los últimos quince meses.

Un maleficio, que ya costó el pasado año a los gallegos el descenso de categoría, y que este curso está lastrando peligrosamente a los de López Caro, que se encuentran a seis puntos de los puestos de ascenso a Primera.

Ni los ajos, ni el agua bendita, ni las patas de conejo que los seguidores vigueses reunieron, a iniciativa del club, el pasado año sirvieron para espantar el mal fario que persigue al Celta en Balaídos, donde ya han volado cincuenta puntos desde el inicio de la campaña 2006-07.

Si la derrota ante el Barcelona (2-3) en la segunda jornada del pasado curso, la derrota dos semanas más tarde ante Osasuna (0-2) comenzó a encender las alarmas, que parecieron apaciguarse el 15 de octubre con la victoria (3-2) sobre el Valencia, gracias a los goles de Baiano, Iriney y Canobbio.

Sin embargo, no tardó en descubrirse que el triunfo sobre los levantinos fue un mero espejismo, ya que hubo que esperar seis meses para que los seguidores vigueses volvieran a paladear un triunfo del Celta en Balaídos, al imponerse por 1-0 al Deportivo de La Coruña en la trigésima jornada.

Las derrotas ante Sevilla, Recreativo de Huelva, Atlético de Madrid, Espanyol y Real Madrid, así como los empates ante Zaragoza, Villarreal, Real Sociedad, Gimnàstic, Racing de Santander y Athletic de Bilbao, situaron a los gallegos al borde de un descenso, que finalmente no pudo evitar.

La victoria sobre el eterno rival en el clásico gallego, con debut en el banquillo del búlgaro Hristo Stoichkov, sirvió para atajar la sangría de puntos, ya que en sus dos siguientes compromisos en Balaídos los gallegos volvieron a perder ante el Mallorca (0-3) y Levante (1-2).

Pese a todo, las victorias ante el Betis (2-1), con un gol de penalti del brasileño Fernando Baiano en el último minuto, y Getafe (2-1) en la última jornada, aunque no evitaron el descenso, parecieron haber invertido la dinámica negativa de los gallegos en casa definitivamente.

Aunque el tiempo se encararía de demostrar nada más lejos de la realidad, ya que en los dos primeros compromisos ligueros de la presente campaña, ya en Segunda División, dos recién ascendidos como el Córdoba (1-1) y Eibar (0-1) salieron de Balaídos con el botín en sus manos.

Tan sólo las visitas de Las Palmas y Xerez, que en estos momentos ocupan la última y la antepenúltima plaza, respectivamente, de la División de Plata sirvieron para aliviar la situación del Celta en su feudo, con dos cómodos triunfos por 2-0 sobre los canarios y 3-1 ante los andaluces, en el que sería el último encuentro de Stoichkov al frente de los gallegos.

La llegada de Juan Ramón López Caro, que todavía no conoce la derrota desde su llegada al club vigués, tampoco ha servido por el momento para corregir las deficiencias del Celta en Balaídos, ya que desde el fichaje del técnico andaluz los celestes no han logrado pasar del empate en sus encuentros como local.