BARCELONA.- Primero fue el New Beetle, después el Mini y ahora es el Cinquecento el que renace de sus cenizas para convertirse en el nuevo icono del automovilismo urbano. Apoyado en una campaña de marketing como sólo los italianos saben hacerla, el Cinque es un éxito sin precedentes en Italia. Además, acaba de ganar el título de «Car of the Year en Europa». Veamos que tal va.
La historia reciente de Fiat es una historia de sonados fracasos. Su especialización en el monocultivo de coches baratos y de pequeño tamaño se fue al garete cuando los italianos empezaron a comprar Micras, Smarts y esos utilitarios coreanos de tres metros y medio tan feos como funcionales.
Los tiempos en que de cada tres coches vendidos en Italia uno era un Fiat Punto pasaron a mejor vida, las ventas en Europa se desmoronaron y el Grupo Fiat, que había gastado lo que no está escrito en sacar de la depresión a Alfa Romeo se encontró a un paso de la bancarrota y, lo que es peor, con una gama de coches anodinos que no convencían a nadie. Tan negra estaba la cosa que General Motors, que se había comprometido a comprar buena parte de las acciones del gigante italiano, decidió pagarle una millonada… para no hacerlo.
La situación era realmente fea hasta que llegó Luca di Montezemolo, el tipo que fichó a Schumacher para Ferrari y que ahora lidera, además del Grupo Fiat, la patronal italiana. Montezemolo llegó con una escoba y con ideas frescas y Fiat parece que empieza a levantar cabeza. El éxito del Grande Punto y del nuevo Bravo no son ajenos a esta nueva situación pero el golpe lo acaban de dar con el nuevo Cinquecento, flamante «Coche del Año en Europa 2008».
Como en el caso del New Beetle, se trata de una actualización estética pero no mecánica ya que el 500 original, un vehículo ligeramente más pequeño que nuestro 600 pero que jugó en Italia el mismo papel de motorizador de la sociedad en los años 60, era de motor y tracción traseros y el nuevo esconde bajo su coqueta carrocería ovoide, una plataforma de Fiat Panda.
El nuevo Cinquecento mide 3,54 metros de largo por 1,67 de ancho, lo que le convierte en un coche ideal para la ciudad. Es un cuatro plazas –no está homologado para cinco- cuenta con un maletero de 185 litros –el bolso, la bolsa del gimnasio y poco más- y se ofrece en tres variantes mecánicas, dos de gasolina de 70 y 100 caballos, y una diesel de 75. Las dos menos potentes no llegan a los 120 gramos de CO2 por kilómetro, de manera que no pagarán impuesto de matriculación y el consumo del diesel es especialmente bajo, con 4,2 litros a los cien según la marca.
De tacto divertido, ágil en ciudad y respondón en carretera, el nuevo 500 es algo más que un simple ejercicio de diseño. Es un coche muy utilizable en ciudad, que se atreve con la carretera y que, por dimensiones, resulta fácil de aparcar en cualquier hueco. Además, está bien equipado, el interior mantiene el aire retro de la bonita carrocería, con un único instrumento central redondo que recuerda al del modelo original de los 60. La gama se articula en tres niveles de acabado, el Pop que se factura a partir de 10.500 euros para la versión de gasolina menos potente y los Sport y Lounge, más deportivo el primero, más lujoso el segundo, que valen lo mismo y que salen 2.000 euros más caros que las versiones Pop equivalentes aunque con un equipamiento de «coche grande» con siete airbags –lleva incluso el que protege las rodillas del conductor- ESP y radio CD con MP3 y el sistema Blue&Me de control por voz del teléfono móvil desarrollado conjuntamente con Microsoft.
En Italia, donde la campaña de marketing de lanzamiento ha sido tan original como agresiva –incluso Valentino Rossi tiene ya el suyo-, romanos y milaneses que en los últimos años se habían dedicado a restaurar 500 clásicos y circular con ellos con el «telefonino» en el salpicadero, están cayendo como moscas ante los encantos de la nueva generación, que viene a ser casi lo mismo en materia de glamour pero sin petardeos y sin problemas para encontrar recambios. En España, los primeros que se pusieron a la venta vía Internet, se agotaron en nueve horas pero en los concesionarios ya puede uno configurarse su «Cinque» combinando colores, bandas adhesivas personalizadas, interiores de tonos cantones e incluso las carcasas de las llaves que son intercambiables como las de los móviles. Eso sí, si se precipitan de inmediato al primer concesionario Fiat que encuentren, sepan que la espera puede ser notable. El éxito en Italia es tan exagerado que Fiat está atendiendo como puede la demanda y su fábrica polaca no da abasto pese a que trabaja a destajo.
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añoro el volante del Seat 1500, que así eran los taxis de mi infancia, negros y con la banda roja. +
Fiat ha renacido de sus cenizas... es que los italianos son increíbles... Han recuperado totalmente una empresa hecha polvo.
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