El Gobierno de EE.UU. afirma que el TLCAN no necesita arreglos

Washington.-  El Gobierno estadounidense afirmó hoy que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es un pacto que ha funcionado bien para EE.UU., México y Canadá y que, por tanto, no necesita "arreglos".

ampliar foto

(EFE)

El presidente de los EE.UU. George W. Bush, el primer ministro canadiense Stephen Harper y el presidente de México, Felipe Calderón, posan para los fotógrafos tras una rueda de prensa, el pasado 21 de agosto.

"Queremos encontrar formas de convencer al pueblo estadounidense que, desde nuestra perspectiva, este es un arreglo que ha funcionado para nosotros y también para nuestros vecinos. Ha sido una situación en la que todos ganan", dijo hoy Dan Fisk, directora de asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional.

"Nada se ha roto. ¿Por qué arreglar lo que ha sido un éxito", comentó a los periodistas .

Fisk hizo esas declaraciones al hacer un repaso de los temas que abordarán el presidente de EE.UU., George W. Bush; su homólogo mexicano, Felipe Calderón, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, durante la cumbre de líderes de América del Norte entre el 21 y 22 de abril en Nueva Orleans (Luisiana).

Se trata del cuarto cónclave de los gobernantes de la región desde el lanzamiento de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), conocida también por su sigla en inglés SPP ("Security and Prosperity Partnership").

Según Fisk, los tres dirigentes harán un repaso de los logros de la ASPAN desde el encuentro en Montebello (Canadá) el año pasado y trazarán las líneas generales de las tareas pendientes para los próximos doce meses.

En ese sentido, Bush, Calderón y Harper discutirán formas de mejorar la relación trilateral en cinco áreas fundamentales: la competitividad global, la seguridad de las fronteras, cooperación energética y de desarrollo, seguridad alimentaria y la coordinación de respuestas a desastres naturales y emergencias de otra índole.

Ante la incertidumbre económica que atraviesa Estados Unidos por la crisis inmobiliaria, el alza en los precios del combustible y en el costo de la vida, el tema del libre comercio -en concreto el TLCAN- ha cobrado matices políticos en el clima electoral del país.

Los aspirantes presidenciales demócratas, los senadores Hillary Clinton y Barack Obama, han dejado abierta la posibilidad de que si alguno de ellos gana la Presidencia en noviembre próximo, Estados Unidos se retire del pacto trilateral en un plazo de seis meses, a menos que se modifique.

El pasado 6 de marzo legisladores de los tres países socios del pacto comercial puesto en marcha en 1994 anunciaron en Washington la creación de un Grupo de Trabajo para la Renegociación del TLCAN, por considerar que este ha beneficiado más a los ricos, "en detrimento de los trabajadores".

En ese sentido, Fisk prevé que el futuro del convenio comercial sea un tema de discusión en la cumbre tripartita de la próxima semana.

"Estamos al tanto de los comentarios que se han hecho acá, que han generado mayores titulares en Canadá y México (...) creemos que el TLCAN funciona. La trayectoria de los últimos 14 años demuestra que funciona", insistió.

El funcionario resaltó la importancia del pacto en el tejido social, cultural, familiar y político de las tres naciones, al destacar que, por ejemplo, el intercambio comercial entre EE.UU., México y Canadá podría superar el hito del billón de dólares para fines de este año.

El comercio trilateral fue de 930.000 millones de dólares en 2007, lo que se traduce a cerca de 2.500 millones de dólares a diario.

La relación comercial de Estados Unidos con Canadá y México representa, según Fisk, el 30 por ciento del comercio global de la economía estadounidense.

Agregó que a diario se registra aproximadamente un millón de cruces fronterizos entre los tres países, por lo que uno de los temas puntuales de la cumbre será, precisamente, cómo resguardar las fronteras sin perjudicar el flujo legítimo de personas, bienes y servicios.

El encuentro entre los gobernantes de Norteamérica también servirá de foro para ventilar sus preocupaciones en torno a otros asuntos globales y regionales, como Cuba y Venezuela.