1. El coleccionista de pelusas de su propio ombligo

Soy coleccionista desde mi más tierna infancia. O sea, desde los treinta y tantos. De pequeño también coleccionaba, pero mi verdadera pasión acumuladora comenzó mucho más tarde. A día de hoy, mantengo vivas, con desigual atención, las siguientes colecciones: cualquier cosa que tenga que ver con pingüinos, dispensadores de caramelos pez, diaporamas turísticos en forma de televisión, recortables infantiles de soldaditos, álbumes de cromos de los años 70, pistolas espaciales y tapas de recambios de paquetes de folios. Como ven, todas ellas de tremendo interés e incalculable valor en el mercado.

Pues bien, hoy me he propuesto empezar una nueva colección. Voy a coleccionar coleccionistas. Y soitu.es será la vitrina en la que exhibiré las piezas que vaya consiguiendo. No buscaré coleccionistas cuyo único mérito sea la pasta que acumulan en sus cuentas corrientes, lo lamento, señora baronesa, sino sólo aquellos que llevados por alguna pasión enfermiza o vete a saber qué tipo de trauma infantil, acaparan objetos sin otro valor que el puramente sentimental.

Les presento a mi primer ejemplar: un coleccionista modélico por su ingenio, su constancia y su afán científico. Graham Paddock lleva veinticuatro años coleccionando las pelusas que se forman en su ombligo. Es una colección con enormes ventajas. Es única, se conserva con facilidad, no ocupa espacio… A lo largo de todo este tiempo Graham ha tratado de ir averiguando cosas sobre las pelusas del ombligo, de dónde salen exactamente, si varían de color, si las mujeres producen más que los hombres, aunque, como él mismo dice, «es difícil sacar conclusiones generales, puesto que no conozco nadie más que las guarde". Todos los detalles de esta estupenda colección se pueden encontrar en www.feargod.net. No se pierdan la página de comentarios. No tiene desperdicio.