La esposa no era virgen; el tribunal anula el matrimonio

Xavier Labbée no podía más el jueves por la tarde, poco después de las 18 horas. El teléfono no había dejado de sonar en todo el día en casa de este abogado de Lille: desde por la mañana, los medios habían hecho suyo un caso cuya defensa había asumido hace "un año largo" ante el Tribunal de Alta Instancia (TAI) de Lille.

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El TAI se pronunció el pasado 1 de abril sobre este requerimiento de nulidad matrimonial. ¿La causa? La novia no era virgen, de lo cual se percató el esposo durante la noche de bodas, mientras los invitados seguían aún brindando. Ambos son musulmanes y se llevan unos años de diferencia —él pasa de los treinta, ella tiene unos veinte—, precisa el Sr. Labbée. No habían vivido juntos antes de celebrarse la boda, en el verano de 2006.

Ahora que el fallo ha sido ampliamente difundido por la revista jurídica Dalloz en su edición de la semana pasada, el abogado quiere dejar constancia de su perplejidad, tras haber alegado la mentira como motivo de nulidad del enlace:

Francamente, ¡esto ha cobrado una dimensión que el caso no merece! Ambas partes estaban de acuerdo en separarse, y acudieron al juez porque no tenían ya intención de vivir juntos. El magistrado no ha creado el contencioso, han sido ellos quienes lo han creado. ¿Qué quieren que se haga si todo el mundo está de acuerdo en anular el matrimonio?

Guigou y Badinter salen a la palestra

El abogado susurra que un divorcio de mutuo acuerdo, "más rápido y, sobre todo, más discreto", habría resultado finalmente más oportuno para la ex pareja. Labbée no sale de su asombro al ver cómo, tras la prensa, destacadas personalidades se han ocupado del caso, como Elisabeth Guigou o Elisabeth Bandinter, quien se mostró indignada el jueves a mediodía, a través de las ondas de France Inter, por "la humillación pública" que implicaba el caso para la joven esposa. Bandinter aprovechó para denunciar la discriminación en la sociedad, y dijo sentir "vergüenza de la justicia francesa".

Para Labbée, que representaba al esposo ante el TAI de Lille, "la cosa no es para tanto" si se compara este fallo de nulidad con otras cuestiones morales:

No estamos en un país que defienda el matrimonio como institución sagrada. Más valdría que la gente se interesase por el régimen del Pacs [pacto civil de solidaridad]: ahí, en caso de ruptura del Pacs, ¡estamos ante el repudio puro y duro!

Los casos de nulidad matrimonial son infrecuentes en Francia, donde se registran menos de un millar al año. Además, la mayoría de las veces es el propio ministerio fiscal quien incoa el procedimiento de anulación, por ejemplo, por ausencia de consentimiento.

Rue89 ha solicitado un análisis a dos de sus colaboradores habituales expertos en la materia: François Doutriaux, y una letrada del Colegio de Abogados de París, Laure Heinrich-Luijer.

La mentira, causa de nulidad

François Doutriaux confirma que los procesos de nulidad matrimonial son poco frecuentes, pero precisa que la estrategia de defensa fundamentada en la mentira sigue siendo "totalmente clásica" en un caso como éste:

De hecho, no existe una definición positiva del matrimonio en el Código Civil. Se definen más bien una serie de prohibiciones (condiciones de edad, de vínculo de parentesco, etc.), de causas de nulidad matrimonial. Es el caso, por ejemplo, de la ausencia de consentimiento, recogida en el artículo 146 del Código Civil. La mentira en sí no es una hipótesis contemplada como tal en el artículo 180. No obstante, el Código Civil prevé una actualización, y el engaño puede ser sancionado: se puede anular un matrimonio si se estima que hay un error sobre las cualidades esenciales de la persona. El jurista internauta de Rue89 detalla numerosos casos en los que la jurisprudencia se ha pronunciado sobre la cuestión de las cualidades esenciales de la persona.

La virginidad, ¿una cualidad esencial?

Es ahí donde reside la disposición más controvertida de este fallo. ¿En qué medida puede la virginidad de una cocontratante ser considerada una 'cualidad esencial de la persona' por la justicia francesa? No sin habilidad, el abogado del marido ha centrado precisamente su alegato no en la virginidad en sí, sino en la mentira. Ahora, estima que los medios estigmatizan el Islam al airear en exceso este caso.

Si el abogado relativizaba, el jueves por la tarde, la importancia del factor religioso, argumentando que "el Código Civil es el mismo para todos". Doutriaux recordaba por su parte que "no es tanto la virginidad como la mentira acerca de la virginidad lo que está en tela de juicio". En su calidad de jurista, apunta que la justicia, por más que sea laica en Francia, puede verse inclinada a tomar en consideración que una de las partes sustenta "profundos sentimientos religiosos" que estima ultrajados.

Abogada colegiada de París, Laure Heinrich-Luijer estima sin embargo que la decisión es preocupante. Para ella, la decisión del TAI de Lille del primero de abril encarna "el relativismo cultural aplicado". En su opinión, el tribunal ha sentado un precedente peligroso al hacer de la virginidad una cualidad esencial de la cónyuge:

¡Es lo que decían los tribunales en la Edad Media!'

La ausencia de virginidad se convierte en un 'vicio interno'

Para ella, esta decisión judicial, aunque las partes estuviesen de acuerdo, constituye "una regresión del derecho de las mujeres a disponer de su cuerpo".

La mujer resulta cosificada, es el objeto de un contrato y presenta un vicio interno. La dignidad de la mujer y su libertad individual se consideran menos importantes que la voluntad del marido de tener una mujer virgen. El tribunal aplica el derecho contractual como si tal derecho prevaleciera sobre los valores esenciales de la República... Es de temer que se pase a la siguiente fase: la vuelta a la sanción penal en caso de adulterio.

Heinrich-Luijer critica además que se convierta el consentimiento en un taparrabos para tales decisiones judiciales, y se pregunta: ¿Qué pasará con la aceptación de la bigamia si es consentida?