Zaha Hadid espera que el Pabellón Puente tenga uso público tras la Expo

Zaragoza.-  La arquitecta de origen iraquí Zaha Hadid está satisfecha con el resultado final del Pabellón Puente creado para la Exposición Internacional de Zaragoza 2008, "casi idéntico" al diseño inicial y concebido como espacio de uso público y expositivo, un "espíritu" que desea que conserve tras la muestra.

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(EFE)

La arquitecta iraquí Zaha Hadid, durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta tarde en el centro de prensa de la Expo de Zaragoza.

Así lo aseguró en una rueda de prensa en Zaragoza, en la que subrayó que esta puerta de acceso a la Expo, es una pieza "casi perfecta", construida, a pesar de su complejidad, en muy poco tiempo, lo que "siempre complica las cosas".

Proyectado como forma de conciliar el edificio con el río, su complejidad radica en la creación de una zona habitable, una segunda planta a la que subir mediante rampas y sin columnas, de un modo "sinuoso", logrando un espacio expositivo, además de ser una pasarela para cruzar el Ebro, cuya construcción pasó por momentos delicados.

Tendido en oblicuo sobre el cauce del Ebro, el Pabellón Puente es el edificio más arriesgado del recinto, un grandioso viaducto peatonal de 7.000 metros cuadrados con una base estructural de acero y forma orgánica trenzada que evoca un gladiolo que se abre y se cierra. Su envoltura se inspira en las escamas de un pez, generadas por tábulas solapadas que garantizará un microclima natural interior.

Con 280 metros de longitud y alturas y anchuras variables hasta un máximo de 30 metros, esta obra de ingeniería ha batido el récord en España en cimentación, con sus 72,5 metros de profundidad, y el lanzamiento sobre el Ebro hasta su posición definitiva de 140 metros de estructura construidos en la orilla, con 2.200 toneladas de peso, singulariza esta puerta de acceso a la Expo.

El concepto del puente, con el que la arquitecta no ha querido emular nada de lo que ya existe, "va a formar parte de la historia de la ciudad", indicó Hadid.

Confesó que para el equipo que ha trabajado en él este momento es "fantástico" y dijo que "no está por delante" de otros edificios de la Expo, que aún no ha podido ver por completo, y que no es un problema para que tenga impacto su cercanía.

"Yo -agregó- siempre he creído en la densidad" y el puente no debe verse "en el vacío". Además de que no tiene control sobre la planificación de los suelos de la Expo, apuntó.

Aunque quizá sea demasiado pronto para saber si este puente es su mejor obra, indicó que es algo "único" como entrada a la Expo aunque indicó que no es idéntico al diseñado, en parte "por la prisa", porque las construcciones para las Expo tienen fecha límite, y en este caso específicamente en la idea de las exposiciones que se van a proyectar, que "son diferentes a lo que habíamos planeado", algo que no depende de ella.

Sobre el uso posterior, y sobre la posibilidad de que pueda albergar incluso un restaurante, que requeriría una chimenea para la extracción de humos, apuntó que "desgraciadamente" no es la que tiene que decidir pero, en ese caso, se mostró convencida de que habrá alguna "idea ingeniosa de ventilación" para resolver el problema".

Para la arquitecta, la única mujer reconocida con el premio Prizker de arquitectura, en 2004, el uso del pabellón tras la Expo, que gestionará Ibercaja, debería ser público, para exposiciones, bares o restaurantes, pero en cualquier caso para el uso de la gente de la ciudad, porque para eso ha sido diseñado.

"Sería interesante que mantuviera ese espíritu, con instalaciones y exposiciones", que sea un espacio abierto con transición para el ocio y mantenga su naturaleza para que "siga siendo una parte de la ciudad".