El fin de una era: el Orange Bowl se despide

MIAMI (ESTADOS UNIDOS).-  Después de siete décadas, el legendario escenario de Miami, el estadio Orange Bowl, es demolido en medio de controversias y opiniones encontradas. Se abre así una nueva página para construir en el mismo sitio un edificio, con todos los adelantos de la era moderna y actividades culturales. Su construcción se acerca a la incertidumbre por lo oneroso de su edificación.

Joe_Focus (Flickr)

Así lucía el Orange Bowl hace un año...

Los días de glorias quedaron atrás. Quedan los conductores que se detienen en la calle para tomar alguna foto de lo poco que queda del Orange Bowl. Queda la nostalgia de los cinco Súper Tazones hasta la Copa de Oro de Concacaf. Con sus 71 años de historia, uno de los símbolos tradicionales de esta ciudad del sur de Florida está siendo demolido para construir un estadio moderno de béisbol para el equipo de Los Marlins.

Revitalizar el dowtown

En el barrio miamense de 'La Pequeña Habana', los vecinos rememoran los tradicionales gritos de júbilo del público, que han sido sustituidos por el ensordecedor retumbar de las grúas que derrumban las gradas del tradicional inmueble anaranjado. Cada uno recuerda algún momento y exclama con cierta indignación: "¡Estoy seguro de que nos costaría menos recuperar lo que sirve y mantener este símbolo de la ciudad. Pero usted sabe, el dinero"…

La idea es revitalizar la zona del downtown de Miami. "¡Claro! nos va costar un torrente de dinero de los contribuyentes a quienes jamás se nos consultó nada", opinan los vecinos. El alcalde de la ciudad dice que tendrá el techo retractable para los Marlins y a su alrededor tiendas, comercios y posiblemente un hotel: "Miami no es la misma de hace diez años. Ahora las personas pueden pasear, comprar y visitar lugares como Allapattah y Midtown. Hay que invertir en quienes impulsan el crecimiento", afirmó Manny Díaz. El coste de la operación se estima muy por encima de la friolera de 500 millones de dólares, y al parecer van a ser financiados por el impuesto de un centavo al sector turístico, que se cobra en restaurantes, hoteles y centros de recreación.

Lisette Bustamante

...Y así luce hoy.

Entre tanto, una enorme bola de concreto (hormigón) es lanzada por una grúa sobre las gradas en las que alguna vez se sentaron ansiosos aficionados. Uno de ellos era Robel Perea, que ahora busca tiempo para detener su van frente al despedazado estadio y tomar las últimas fotografías. "El estadio me trae recuerdos de mi niñez", cuenta este puertorriqueño, de origen cubano, de 53 años. "Es increíble cómo algo que tiene tanta historia es derrumbado en unos pocos meses". Perea aún recuerda su primer juego de fútbol americano entre Los Delfines de Miami y Cargadores de San Diego. Y es que son muchos años, y muchas las instantáneas que buscan guardar los recuerdos en la imagen fotográfica.

Un poco de historia

El Orange Bowl fue construido en 1936. Se convirtió entonces en la casa de los Huracanes de Miami, el equipo de fútbol americano universitario, hasta que el año pasado se mudaron al Dolphin Stadium. Con una capacidad para 72 mil personas, su construcción ascendió a 340 mil dólares. Eso sí, en ese entonces se llamaba Burdine Stadium, por Ruddy Burdine, dueño de una cadena de tiendas. Cuando en 2005 el huracán Wilma dañó el estadio, ya se planteó la posible demolición. A esto se unió que sus inquilinos recientes, los Delfines de Miami, ya se habían trasladado desde 1987 a su nuevo estadio el Dolphin, en los límites con otra ciudad.

Lisette Bustamante

Si buscamos en su historia, encontramos que fue el escenario del primer campeonato nacional del fútbol universitario de los Huaracanes de Miami en 1984 contra Nebraska y fue sede de cinco Súper Tazones de la Liga Nacional de Fútbol ( NFL, por sus siglas en inglés) en 1968, 1969, 1971, 1976 y 1979.

Y no olvidemos en estas fechas la histórica victoria de los Jets de Nueva York 16-7 sobre los entonces Potros de Baltimore en el tercer Súper Tazón, cuando el entonces mariscal de campo de Nueva York, Joe Namath, predijo la victoria. Esa derrota de Potros es la más inesperada en la historia de la NFL. También se celebraron las finales entre Acereros de Pittsburgh y Vaqueros de Dallas en los Súper Tazones X en 1976 y XIII en 1979. En el recuerdo del estadio queda el entusiasmo cuando, en 1972, los Delfines ganaron todos su juegos en casa para terminar la única temporada invicta en la NFL antes de hacerse con el Súper Tazón VII frente a Washington 14-7.

La historia conserva también el discurso del presidente John F. Kennedy, en diciembre de 1962, sobre la distención por la llamada 'Crisis de los Misiles' con la ex URSS, que aceptó desmantelar las bases de cohetes que construía en Cuba. El Orange Bowl sirvió también de refugio a miles de cubanos que emigraron a Florida en 1980 por el puente marítimo del Puerto Mariel, cuando Fidel Castro dejó salir sin restricciones a unos 125 mil cubanos entre el 15 de abril y el 30 de octubre.

Durante los últimos años, el Orange Bowl también fue escenario de la Copa de Oro de la Concacaf y de juegos internacionales de selecciones de FIFA que incluyeron a Brasil, Argentina, México, Colombia, Alemania y Holanda.

También la música de grandes figuras como Bruce Springsteen, Madonna, The Police, Prince, Rolling Stones, Michael Jackson, Eagles y Santana han dejado su huella aquí.

Algunos amigos me comentan que, si quería ver cómo se desmantela un icono, podría verlo en una subasta de objetos del mítico estadio. Desde asientos autografiados, hasta orinales se adquirieron por unos precios que variaban desde los 50 hasta 200,000 dólares. Por lo visto, todo tiene un precio. ¡Hasta los recuerdos!

Algunos no se resignan a la muerte anunciada del Orange Bowl, pero quedan las imágenes fotográficas y en vídeo de los restos del Orange Bowl. Al menos así podemos atesorar un pedazo de historia.