Hiddink y su "naranja mecánica rusa"

Basilea (Suiza).-  El técnico holandés Guus Hiddink cumplió su amenaza y no le tembló el pulso para liderar a Rusia y tumbar a Holanda, en un partido en el que se intercambiaron los guiones con un equipo que ejerció de 'naranja mecánica rusa' para instalarse en las semifinales de la Eurocopa 2008.

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(EFE)

Los jugadores rusos celebran tras la anotación del segundo gol para su equipo ante Holanda, en el partido de los cuartos de final de la Eurocopa 2008 que les enfrentó en el estadio "St. Jakob Park" de Basilea (Suiza).

"La verdad es que no recuerdo la letra completa del himno holandés y del de Rusia me encanta la melodía. Como soy considerado un traidor, creo que entonaré entonces el himno ruso", advirtió el viernes Hiddink, quien ratificó sus intenciones el sábado con un nuevo éxito al frente de una selección nacional.

Después de deslumbrar en la primera fase, Holanda afrontaba el partido ante los rusos como un paso más hacia la final, pero se encontró con un equipo que copió sus virtudes y además exhibió una disciplina que se le atragantó al equipo de Marco van Basten.

Además, el equipo de Guus Hiddink mereció resolver el partido mucho antes de la prórroga ya que con anterioridad al gol de Ruud van Nistelrooy, en el minuto 86, se hartó de desperdiciar ocasiones de gol ante la portería de Edwin Van der Sar.

El resumen del técnico de Varsseveld tras el partido fue perfecto: "hemos sido mejores técnica, táctica y físicamente". Y es que ayer el concepto de 'fútbol total' que acuñó precisamente la selección holandesa de los 70 surgió de las botas de los jugadores rusos.

Con Andrei Arshavin como abanderado, Rusia cuenta con un gran bloque y un puñado de futbolistas de calidad que han protagonizado una trayectoria al alza desde que España les goleara en el primer partido del torneo. Rusia se movió con un ritmo arrollador, fruto de un físico envidiable, y con toque y velocidad, liquidó a una atónita Holanda.

Arshavin se mostró ante Holanda como es. Un futbolista que se maneja bien por todo el campo y que tiene velocidad, regate, pase, desmarque y gol y que ante Holanda alejó la teoría que apunta a que el jugador del Zenit de San Petersburgo desaparece en los partidos importantes.

Pero Hiddink ha configurado un equipo con otros talentos además del de Arshavin, como es el espigado y talentoso delantero Román Pavlychenko, autor del primer gol ante el equipo 'oranje', o el lateral zurdo Yuri Zhirkov, auténtica pesadilla holandesa con sus subidas al ataque y centros al área rival.

Además, también es notable la labor de los centrocampistas Igor Semshov y Sergei Semak, que dan un gran empaque y consistencia al medio campo ruso y que ante Holanda anularon a sus pares en labores de creación.

Lo cierto es que, tras avisar de sus posibilidades en el tercer partido de la fase de grupos, ante Suecia, Hiddink escogió a la selección de su país para mostrar todo el potencial del equipo más jóvenes de cuantos han participado en la cita continental.

Con fama de amante de la buena vida, lo que es innegable es la facilidad de Guus Hiddink para armar selecciones con las dificultades que conlleva aplicar métodos de trabajo en equipos en los que el trabajo del día a día no existe.

Pero realmente, Hiddink es un 'tipo listo', en el buen sentido de la palabra. Ayer, después de que el árbitro mostrase la segunda tarjeta amarilla a uno de los suyos, que suponía la expulsión con la prórroga todavía por disputarse, Hiddink avisó raudo a uno de los árbitros de que el linier había invalidado la jugada por haber salido el balón fuera con anterioridad a la falta del jugador ruso. El árbitro rectificó en una acción que puedo ser decisiva para su equipo.

Tras los buenos trabajos completados en equipos como Corea del Sur y Australia, el que fuera técnico del Valencia, Real Madrid y Real Betis ha vuelto a atraer la atención futbolística con Rusia, aunque en esta ocasión con mayor brillantez que en aquellas anteriores ocasiones.