Rajoy hace el boca a boca al PP

Éste es el vídeo realizado por el PP para contar que, tras el bypass efectuado en Valencia el pasado fin de semana, recupera el latido. Rajoy describe en imágenes su proyecto, épico y esclarecedor: sí al diálogo desde el centro.

Que sí, que bombea, tiene que recuperar el ritmo cardiaco tras los infartos sufridos en los tres últimos meses, pero se encuentra en vías de normalización. El jefe parece dispuesto a contratar a House o al facultativo que haga falta con tal de demostrar a quienes le acusan de falta de liderazgo que tiene el corazón más resistente de la derecha, perdón del centro.

El domingo 22, mermado el tropel de compromisarios —muchos decidieron irse a la playa o a casa tras el fin de fiesta fallero del sábado—, tres pantallas gigantes comenzaron a proyectar las imágenes del triunfo.

Sobre un fondo verde que recuerda al de Windows, se lanzan tres conceptos que empiezan con S: sentido común, sensibilidad y sacrificio. Inmediatamente después, otros tres con la letra I: integridad, ingenio, ilusión. Un toque extra de creatividad para casar las eses con las is, igual a SÍ. Un juego pueril, como de aficionado, para que cale el mensaje. Después de una legislatura entera diciendo NO. Ahora dirán SÍ. En vista de la experiencia, como utilicen el SÍ con tanta vehemencia, se batirá el récord de acuerdos de Estado de la democracia.

Al capitán de este barco —tal y como le presentó Cospedal con derroche de imaginación — no le importa virar el rumbo. Su pasado a favor de la Guerra de Irak, apoyando la versión de El Mundo y la Cope sobre el 11-M o rodeándose del equipo designado por el expresidente Aznar, a él personalmente no le pesa. Se ha sometido a un lavado de cerebro que ni Jim Carrey en 'Olvídate de mí' (Michel Gondry, 2004). Aprovecha para contestar a golpe de fotograma. Rajoy con Merkel y Sarkozy, los presidentes que molan ahora y que han sustituido a Bush y Blair en la famosa foto de las Azores. Rajoy con su familia en Disney, con Viri mirando los dos juntos en la misma dirección, de mocoso y sonriendo con los amigos. Política internacional, inteligencia emocional y un recordatorio para los principios del partido con España unida y hasta un flash religioso.

Tratar de contentar a todos siempre ha resultado una empresa imposible. Lo peor de este vídeo triunfalista no es el mensaje en sí. Lógico y predecible. Sino la música grandilocuente. Una cosa es utilizar una melodía épica y otra que te se te vaya la mano como si eso fuese 'Braveheart'. Sólo falta Mel Gibson con sus greñas y su falda escocesa berreando espada en mano.