Maliki vuelve a Irak con la esperanza de que el futuro le lleve más apoyo árabe

Abu Dhabi.-  El primer ministro iraquí, el chií Nuri Al Maliki, obtuvo en Emiratos Árabes Unidos (EAU) un claro apoyo a sus intentos de acercarse hacia el mundo árabe, cuya ausencia de Irak en los últimos años dio lugar a una creciente influencia iraní en ese país.

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(EFE)

El primer ministro iraquí, el chií Nuri Al Maliki.

El acercamiento hacia los árabes, todos gobernados por regímenes suníes, es visto en Bagdad como un factor de especial importancia para restablecer la seguridad en Irak, y por los comentaristas como un paso necesario para contrarrestar la creciente influencia del Irán chií en el país vecino.

Además de condonar la deuda iraquí y sus intereses (en total unos 7.000 millones de dólares), EAU anunció durante la visita de dos días de Al Maliki el nombramiento del diplomático Abdala al Shehy como embajador en Irak.

El presidente de EAU, jeque Jalifa bin Zayed, prometió, además, ofrecer todo su apoyo económico y político posible a Irak, e invitó a los demás estados árabes a seguir el ejemplo, y a las distintas entidades y grupos iraquíes a respaldar al "gobierno legítimo" del chií Nuri Al Maliki.

Los comentaristas en Abu Dhabi no descartan que los pasos dados por EAU sean seguidos por otros similares de los demás estados de la Liga Árabe, especialmente los socios de Emiratos en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con el fin de recuperar el perdido papel árabe en Irak.

Bahrein, Arabia Saudí y Kuwait, también miembros del CCG, han anunciado en los últimos meses su intención de reabrir sus embajadas en la capital iraquí, y estos dos últimos dijeron que estudiaban cancelar de forma total o parcial la deuda del país vecino.

Jordania, otro vecino de Irak, también anunció hace un mes el nombramiento de un embajador en Bagdad, mientras que su rey, Abdala II, planea realizar próximamente la primera visita de un jefe de Estado árabe a ese país desde la década pasada.

"Los árabes se han dado cuenta del cambio de las circunstancias en la región .. no quieren dejar más el campo a otros" países, dijo a Efe un diplomático árabe en Abu Dhabi, que prefirió permanecer en el anonimato.

"Este es el momento para que (los árabes) regresen a Irak y para que Irak regrese a ellos", añadió en declaraciones a Efe en Abu Dhabi.

EAU y sus socios del CCG -Arabia Saudí, Qatar, Bahrein, Kuwait y Omán-, todos aliados de EEUU, no ocultan su inquietud por la influencia de Teherán sobre la mayoritaria comunidad chií de Irak, ni por el creciente poderío militar y los planes atómicos iraníes.

El CCG vigila, por otro lado, las repetidas amenazas de Teherán de bloquear el estrecho de Ormuz, en la entrada del Golfo Pérsico, si Irán es atacado, algo que impediría las exportaciones de petróleo de los árabes del Golfo y privaría al mundo de un 40 por ciento de sus necesidades diarias de crudo.

Los árabes temen, además, que los iraníes intenten emplear las minorías chiíes en la región como carta de presión o un factor para perjudicar la seguridad de la región en caso de una nueva guerra en la zona.

Pese a que la mayoría de su población es chií, Irak representaba durante años una sólida barrera ante los intentos del régimen islámico de Teherán de exportar los principios de su revolución chií a sus vecinos árabes, especialmente las monarquías del Golfo.

Todos los gobiernos árabes, con excepción de Siria, apoyaron al ya derrocado régimen suní del ex presidente iraquí Sadam Husein en su guerra contra Irán (1980-88), y muchos de ellos responsabilizan ahora a los iraníes del conflicto entre suníes y chiíes en Irak.