Condenan a cadena perpetua en ausencia a otro ex propietario de la petrolera Yukos

Moscú.-  Un tribunal ruso condenó hoy en ausencia a cadena perpetua a otro ex propietario de la petrolera Yukos, Leonid Nevzlin, residente en Israel, quien denunció que el juicio ha sido ordenado por el Kremlin y lo comparó con los procesos estalinistas.

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(EFE)

Imagen del año 2003 de la sede de la petrolera Yukos en Moscú.

La Corte Municipal de Moscú declaró a Nevzlin culpable de ordenar el asesinato de varios funcionarios y empresarios, por cuya muerte en otro polémico proceso ya fue condenado primero a 24 años de prisión y a cadena perpetua al presunto ejecutor, el ex jefe de seguridad de Yukos Alexéi Pichuguin.

El fiscal Alexandr Kobliakov alabó la sentencia, que en su opinión reforzará las peticiones de extradición cursadas por Rusia a Israel y a EEUU, donde -afirmó- Nevzlin busca permiso de residencia, a pesar de que ambos países ya denegaron la entrega del empresario.

Desde el primer momento, la defensa considera "injusto este proceso y la sentencia ilegal e infundada", señaló a su vez el abogado Dmitri Jaritónov, quien aseguró que apelará el fallo ante el Tribunal Supremo, según la agencia Interfax.

Un asesor de Nevzlin, Erik Volf, añadió que "las irregularidades registradas durante el proceso son escandalosas e indignantes".

"En el caso no hay ni una sola prueba de la culpabilidad de Nevzlin en esos crímenes, que no ha cometido", dijo el asesor a la radio "Eco de Moscú" y añadió que la defensa buscará justicia "en los tribunales de países normales, hasta la Corte de Estrasburgo".

Nevzlin difundió un comunicado en el que denunció que el juicio reproduce "los procesos del terror estalinista", pues "las acusaciones han sido fabricadas, las pruebas no existen y la sentencia ha sido aprobada antes de comenzar el proceso".

"Al igual que en los tiempos de Stalin, el objetivo del Kremlin es acabar con sus oponentes condenándolos mediante acusaciones fabricadas por delitos que no han cometido", señala la nota, citada por el diario digital Gazeta.ru.

Al empezar en 2003 la campaña de acoso y derribo de Yukos, cuyos principales propietarios, Mijaíl Jororkovski y Platón Lébedev, ahora cumplen una condena de ocho años por delitos económicos que no reconocen, Nevzlin fue acusado de evasión tributaria y estafa.

Refugiado y nacionalizado en Israel, Nevzlin se convirtió en el coordinador de las batallas legales que accionistas de la arruinada y nacionalizada Yukos llevan a cabo contra Rusia en los tribunales internacionales, lo que le valió nuevas acusaciones, esta vez de ordenar asesinatos.

Israel ha rechazado la petición rusa de privar a Nevzlin de nacionalidad y extraditarlo, y también EEUU ha denegado su entrega, que Moscú pidió en julio de 2005, cuando el empresario dictaba una conferencia ante el Congreso en Washington sobre "El caso Yukos y sus consecuencias para la política y la libre empresa en Rusia".

Según la analista Yulia Latynina, el proceso a Pichuguin fue organizado precisamente para intentar demostrar que éste habría ordenado los asesinatos en que se le implicaba por encargo de Nevzlin, quien a su vez cumpliría las indicaciones de Jodorkovski.

"Todo lo que le ocurre a Pichuguin tiene como único objetivo conseguir la extradición de Nevzlin", gran crítico del Kremlin, declaró en su día la abogada del ex jefe de seguridad de Yukos, Ksenia Kostrominá.

Agregó que el segundo proceso contra Pichuguin fue organizado después de que en el primer juicio los fiscales no consiguieran que éste admitiera su culpa e implicara a Nevzlin, lo que les daría más argumentos legales para exigir su extradición a Israel.

El propio Pichuguin y otros acusados dentro de los procesos del caso Yukos han denunciado que la investigación les había propuesto un trato, consistente en retirar las acusaciones en su contra a cambio de que implicaran en delitos a Nevzlin, Jodorkovski y Lébedev.

Gazeta.ru recordó que la condena de Pichuguin y la implicación de Nevzlin se basaron, sin pruebas, exclusivamente en declaraciones de dos asesinos condenados ya a cadena perpetua, que posteriormente renunciaron a sus testimonios.

Ambos asesinos, Yevgueni Reshetnikov y Guennadi Tsyguelnik, reconocieron que habían acusado a Pichuguin de encargarles los homicidios bajo presiones del juez de instrucción, que fue el primero en mencionarles el nombre de Nevzlin e indicarles la necesidad de implicar al empresario.