Reflexiones sobre el Año del Planeta Tierra

A escasos días de la finalización oficial del 'Año Internacional del Planeta Tierra' (AIPT), promovido por la UNESCO y la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS), se ha celebrado en Madrid una jornada científica dedicada a analizar los resultados y conclusiones del esfuerzo realizado en esta iniciativa de difusión científica que resalta la importancia de las Ciencias de la Tierra para conseguir un mundo equilibrado y sostenible.

IGME

En esta cita, Eduardo de Mulder, director ejecutivo del AIPT, declaró que el programa del Año Internacional continuará durante el año 2009 y en función de los proyectos, incluso más adelante. La razón de esta prolongación hasta alcanzar el trienio —el AIPT se remonta al 2007— ha sido el éxito de involucrar a muchas naciones del mundo que han demostrado un interés muy activo. "Tenemos más de 75 países que han formado comités nacionales, como es el caso de España, y que en conjunto representan el 80% del total de la población mundial. El resultado ha sido muy significativo", explicó.

Con un presupuesto limitado, el AIPT se ha centrado en diez áreas centrales: aguas subterráneas, riesgos naturales, Tierra y salud, clima, recursos naturales, megaciudades, Tierra profunda, océanos, suelos y Tierra y vida. "No hemos podido realizar grandes proyectos, sino que hemos animado a los que ya contaban con financiación a que se desarrollasen en la agenda del Año Internacional y 'OneGeology' es nuestro proyecto más importante". Celebrada en el Ateneo madrileño y organizada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la jornada desgranó la situación actual de algunas de estas diez áreas que el AIPT ha recorrido.

Aguas subterráneas: ¿la solución para un planeta sediento?

La mayor cantidad de agua dulce del planeta está en forma de aguas subterráneas (alrededor del 30%, lo que equivale a unos 10 millones de kilómetros cúbicos, más de 200 veces el aporte anual renovable de agua de lluvia) y las cuencas acuíferas que las contienen se encuentran repartidas por casi todo el mundo en cantidades variables. "Las aguas subterráneas van a ser claves para los importantes retos que supone el cambio climático", explicó Juan José Durán Valsero, investigador del Instituto Geológico y minero de España (IGME). "La demanda de agua potable crece continuamente de acuerdo con el aumento de la población del mundo y, en muchas regiones, la mayor parte del agua procede de manantiales subterráneos alcanzando la enorme cifra del 80% en Europa y Rusia e incluso un porcentaje más elevado en el Norte de África y Oriente Medio", según Durán. En España, las aguas subterráneas proporcionan el suministro de este nuevo 'oro líquido' a unos 13 millones de habitantes y riegan el 30% del total de las hectáreas destinadas a la agricultura que, además, resultan ser las más productivas. El consumo de agua mineral embotellada tampoco se queda atrás y en países como Estados Unidos o México supera ya ampliamente al del agua de grifo.

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Fotografía por satélite del oasis de Al-Qufra, en el sistema acuífero de las Areniscas.

Para Durán, los problemas más importantes relacionados con aguas subterráneas son la contaminación (por nitratos, metales pesados como arsénico) y la sobreexplotación. A este respecto destacó el caso del sistema acuífero de las Areniscas Nubias que se extiende unos dos millones de kilómetros cuadrados en el noreste del Sáhara, atravesando Libia o Chad, y que no presenta ninguna capacidad de recarga, al ser uno de los llamados acuíferos fósiles, formados hace millones de años en condiciones climáticas que ahora no existen. Sin embargo, proyectos como el Great Man Made River están "extrayendo una enorme cantidad de agua anualmente y corre peligro de desaparecer", explicó este investigador. Proyectos dirigidos por el Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO, que se materializan mediante el Programa de Evaluación y Cartografía Hidrogeológica Mundial (WHYMAP, UNESCO) y el Centro internacional para el Estudio de los Recursos en Aguas Subterráneas (IGRAC), intentan proporcionar información sobre este tipo de acuíferos no renovables. Y es que el agua, continuó Durán, "no sólo es agua, también es vida y sus componentes, por ejemplo, pueden servir de biomarcadores, excelentes para determinar el estado de las aguas subterráneas". Por otra parte, "este tipo de acumulaciones de agua intervienen en la energía geotérmica, determinados acuíferos quizás sirvan como sumidores de CO₂ o los llamados acuíferos someros que pueden actuar como intercambiadores de calor".

Megaciudades. Espacios de relación, contradicción, conflicto y riesgo

Según Jorge Olcina Cantos, investigador en la Universidad de Alicante, "en 2008 ha ocurrido un hecho histórico, y es que la población de las ciudades ha superado, por primera vez, a la población rural". Elegido uno de los diez temas centrales del programa del AIPT, la evolución de las megaciudades es área de interés creciente para la comunidad científica. "Entre los años de la Revolución Industrial y 2005, se ha observado un incremento de la población urbana en los países desarrollados, que es principalmente un fenómeno europeo. Pero ahora, el aumento se está produciendo en los países más pobres y la expectativa es que este incremento cada vez sea mayor. El proceso de urbanización actual es imparable, acelerado y global", detalló Olcina. Así, las nuevas 'super-urbes' están creciendo principalmente en América del Sur, Asia y en África, la recién llegada, y se estima que unos 700 millones de habitantes viven en la actualidad en uno de estos centros, lo que supone tanta población como la de Europa y Rusia juntas.

bambino (Flickr)

Ciudad de México tiene más de 25 millones de habitantes.

Sin embargo, la identificación de centros urbanos con riqueza no es una relación unívoca. "Para los países desarrollados puede ir asociado, pero no para aquellos que están actualmente en vías de desarrollo, creándose así las llamadas ciudades miserias", explicó este investigador. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) las 'ciudades mundiales' presentan entre 8 y 10 millones de habitantes y son "expresión directa de la globalización". Tokio, Seúl y ciudad de México son las primeras en el ranking mundial, seguidas por Delhi y Nueva York. Lagos, capital de Nigeria, entrará a formar parte de la lista en pocos años. Una de las características de estas megaciudades es que los rasgos morfológicos que antes las definían han cambiado y ya no presentan, por ejemplo, una concentración tan elevada de rascacielos, señal de identidad de la ciudad por excelencia, sino que tienden a ocupar grandes superficies y a existir en forma de chabolas.

Para Olcina, los problemas derivados de las megaciudades (contaminación atmosférica, residuos urbanos, escasez de agua y vivienda, inseguridad ciudadana o enormes problemas de transporte) se deben afrontar desde dos puntos de vista: la gestión de gran territorio y la gestión de gran población. "También hay que tener en cuenta que en grandes acumulaciones de población las consecuencias de los riesgos naturales como las inundaciones, las sequías o los deslizamientos de tierras cobran aún más importancia", matizó el investigador.

Cambio climático: pasado, presente y futuro

Jerónimo López, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR, por sus siglas en inglés), destacó la importancia de las superficies heladas y sus cambios por el aumento de temperatura en el clima global. "La Antártida supone el 92% del hielo terrestre (las 3/4 partes de la masa de agua dulce total se encuentran en ella) y Groenlandia, el 7,5%, y son precisamente estas zonas polares del Ártico, Siberia y la Antártida las que más se han calentado".

Javier Paredes (Flickr)

Una base en la Antártida, en la isla de la Media Luna.

Sondeos en distintas zonas de la Antártida (Dome Fuji, Vostok y Dome C) han demostrado que la concentración de CO₂ no ha dejado de aumentar desde hace 400.000 años, pero es en los últimos 100 cuando ha alcanzado la cifra de 387 partes por millón (ppm), nunca antes superada. "La concentración de CO₂ es en la actualidad un 30% más alta de lo que ha sido nunca". El sondeo más reciente, realizado en el Dome C por el campamento italiano EPICA, corrobora estos resultados y los amplía cubriendo los 800.000 años.

En los últimos 50 años se ha producido un aumento de la temperatura media del planeta de medio grado centígrado, lo que tiene una trascendencia global. Por ejemplo, durante el verano del pasado año se alcanzó el mínimo absoluto de grosor de la capa de hielo en el Ártico permitiendo que por primera vez se abriese el paso del noroeste en Groenlandia. El caso de la Antártida es diferente. Mientras la zona de la península antártica se ha calentado mucho —en algunos puntos es hasta seis veces más caliente que la media habitual, produciendo que casi el 90% de los glaciares hayan retrocedido— en otras zonas más centrales se ha observado una tendencia al enfriamiento.

"El momento actual es un momento de deshielo progresivo", afirmó López. En Groenlandia se estima que se han perdido unas 350.000 millones de toneladas de hielo y sobre su superficie han aparecido más de 1.000 lagos, algunos de ellos de hasta cinco kilómetros de diámetro. Las predicciones del IPCC estiman que a lo largo del siglo XXI el aumento de temperatura oscilará entre 1 y 6 grados centígrados y se ha fijado un margen de seguridad de 2 grados que equivale a 450 ppm de CO₂, bastante cercanos a los 387 actuales. "El planeta se adaptará al cambio como lo ha hecho otras veces, pero los que lo habitamos nos veremos afectados", afirmó este experto.

Desde la parte española del AIPT, José Pedro Calvo, director del IGME y presidente del Comité Español del AIPT, explicó que este año ha supuesto un gran impulso para la difusión de las geociencias en nuestro país. "Al ciudadano le ha llegado una amplia información sobre los diez bloques temáticos que articulan la celebración y, además, se ha producido una gran movilización dentro de la comunidad científica, tanto en el ámbito universitario como en los organismos públicos de investigación (OPI) y de enseñanza primaria y secundaria".

Una de las actividades más emblemáticas en el ámbito internacional ha sido el proyecto OneGeology, que supone una oferta de información a gran escala sobre las características geológicas de nuestro planeta y que cuenta con acceso desde Internet. Según Calvo, "la contribución española está siendo muy importante, ya que España dispone de una información muy sólida sobre las características del territorio, dado nuestro completo conocimiento cartográfico". OneGeology no se quedará en una iniciativa, sino que continuará hasta el año 2010 con la participación de 81 países.

(*) Eugenia Angulo es periodista especializada y trabaja en la empresa de divulgación científica DIVULGA