NUEVA DELHI (INDIA).- Recuerdo que, siendo muy chaval, había una serie británica que trataba de las diferentes vidas que llevaban los empleados domésticos y las personas para quienes trabajaban, así como su coexistencia bajo un mismo techo. Por cierto, que no sé por qué mis padres casi nunca me dejaban verla, debía de tener dos rombos, o alguna de esas cosas del tardofranquismo.
Un conductor indio.
Y me acuerdo de esto porque en la India esto no es que persista, sino que, a mis ojos, nunca ha dejado de existir. Y es aún más traumático, debido a la peculiar herencia india, tanto colonial como por su sistema de castas.
El pequeño porcentaje de población que dispone de un nivel de renta medio alto tiene a su disposición un amplio abanico de ayuda personal, a precios realmente ‘competitivos’. Y en cambio, del otro lado de la balanza, debido a la pobreza y por consiguiente a la aún escasa formación de la gran mayoria de la población india, existen cientos de millones de personas compitiendo por los trabajos no cualificados.
Estas niñas van a su colegio privado llevadas por un 'cycle rickshaw driver'.
Así, la gente acomodada puede acceder a un amplio abanico de conductores (antes llamados choferes), asistentas (aunque aquí las tratan como antaño a las criadas), cuidadoras de niños (hasta no hace mucho, amas), cocineras, vigilantes, chicos de los recados y cualquier tipo de segmentación doméstica que uno pueda imaginar. Obsérvese lo poco políticamente correcto que he sido en el listado, pero es que aquí uno no va a encontrar a una conductora, ni a un hombre dispuesto a planchar, la igualdad de sexos es aquí una quimera.
Quien busque personal o necesite a alguien se verá ante un auténtico casting entre un gran número de personas que, acuciadas por la necesidad, buscan prestar cualquier servicio a cambio de salarios que en Europa llamaríamos miserables o de usura. Por ejemplo, un chofer cobra aproximadamente 120 euros al mes, propinas aparte, estando básicamente 24 horas al día, siete días a la semana, disponible. Lo mismo para la asistenta, interna, currando a tutiplén y para cualquier menester que se presente.
En la India esto se considera lo natural, de modo que cierto tipo de coche tiende a llevar a sus pasajeros en el asiento trasero, y ciertos barrios tienen un montón de personal de seguridad o servicio doméstico entrando y saliendo. Y el diferente status se marca según el número de personas que una familia tiene contratados, pues, a más dinero, mayor es el número de personas trabajando en una casa, y para una segmentación aún más ridícula de funciones, de tal modo que es inconcebible que uno haga ciertas tareas —por ejemplo, aquí flipan cuando les digo que me cocino mi propia comida—.
Sin embargo, lo más chocante es el trato que como norma suelen recibir estas personas. Sin tener certidumbre de agresiones físicas, pues no lo he visto, desde luego hay un maltrato psicológico y una falta de respeto humano (ya ni entro a hablar de educación) absolutamente denigrante y humillante. Son tratados como objetos, no como sujetos, sin consideración, a gritos, en base a órdenes, en algo no muy lejano a la antigua servidumbre.
Así que esta pobre gente lleva una vida algo perra, agravada por las condiciones físicas en que se desarrollan: por ejemplo el cuarto destinado al servicio doméstico suele ser minúsculo, con suelo de gras, lavabo cutre y sin ducha, y la única estancia de una casa sin aire acondicionado. O, en todo bloque de apartamentos que se precie, hay un ascensor especialmente destinado para los empleados, que tienen prohibido usar el de los señoritos. Por no hablar de las decenas de conductores que esperan pacientemente al raso mientras sus jefes apuran sus cenas, sus copas o sus compras, en jornadas a veces maratonianas, y que nunca acaban con un gracias ni una sonrisa.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Mientras haya castas, parias sin oportunidades de dignificar su vida, no es posible hablar de democracia. +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Los que vivimos o visitamos Madrid pasamos muy a menudo por lugares que, hace ya varias décadas, marcaron la historia del país. Lo hacemos casi sin darnos cuenta. Quedar con alguien en la Puerta del Sol sin ser conscientes que en ese mismo lugar un presidente del Gobierno fue asesinado. O pararnos en un semáforo en la Plaza de la Independencia, lugar donde el coche de otro presidente fue tiroteado. ¿Quieres saber más de los magnicidios que tuvieron lugar en Madrid?
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Viaje virtual por todo el globo de la mano de Paco Nadal
En: elpais.com
Recomendación: mami
«Me gustaría regresar a todos los países», dice el incansable trotamundos catalán Jorge Sánchez
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
Por menos de 300 euros se puede disfrutar de unas mini vacaciones en la playa, esquiando, o de escapada en una ciudad europea
En: elpais.com
Recomendación: mami
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.