La cantidad de sal usada en España es insignificante para el medio ambiente

Madrid.-  La utilización masiva de cloruro sódico o sal de roca para combatir el hielo y la nieve puede provocar daños medioambientales, como la salinización del agua o del terreno, un deterioro que es difícil que se dé en España debido a la baja intensidad de las nevadas y del uso de este material anticongelante.

En la temporada invernal de 2007/2008, sólo en la ciudad de Montreal se vertieron 120.000 toneladas de sal, mientras que en Madrid, con el doble de población que la ciudad canadiense, se echaron 12.137 toneladas y en toda España alrededor de 160.000, éstos últimos datos según el Ministerio de Fomento.

"No hay motivo para la preocupación a no ser que de repente el clima de España se convierta en el clima canadiense o noruego", ha señalado a EFE el investigador del CSIC Carlos Duarte, quien ha añadido que el riesgo medioambiental existe cuando el uso de la sal es masivo.

La aplicación de la sal está extendida por todo el mundo y se utiliza porque al mezclarse con la nieve evita que ésta se hiele.

Carlos Duarte y Antonio Aznar, éste último de la Universidad Carlos III, han coincidido en señalar que las alternativas a la sal, como el uso de arena, son más caras y no mejores medioambientalmente.

El uso en grandes cantidades de sal puede provocar problemas de salinización del agua, del terreno y la oxidación de materiales.

El primero de los casos puede ocurrir cuando, después de emplearse sal, ésta se disuelve y es arrastrada, por ejemplo, por el sistema de drenaje de aguas que tienen las autopistas, que, normalmente, desemboca en barrancos, pudiendo provocar la salinización del agua de acuíferos, ríos o lagos.

Antonio Aznar, quien ha asegurado que en España no se ha dado un caso de salinización de aguas por esta causa, ha explicado que otro de los efectos que podría tener el uso masivo del cloruro sódico es la salinización del terreno, al quedarse esta sustancia retenida, pudiendo provocar la ruptura del equilibrio natural del suelo.

"Hay muchas especies que son terriblemente sensibles a la presencia de sal y pueden tener problemas de crecimiento", ha aseverado el químico de la Universidad Carlos III de Madrid, quien ha añadido que podría, incluso, cambiar las propiedades de los minerales.

Emplear en grandes cantidades sal también puede ocasionar problemas de corrosión, lo que produciría, por ejemplo, que los bajos de los coches y las armaduras de los puentes se oxiden más rápidamente.

Para Aznar, el uso de la sal en España es "muy escaso, aunque nos parezca mucho", en comparación con otros países, como Canadá.

Buscar una alternativa es difícil, aunque este investigador ha afirmado que la sal no debería usarse "alegremente".

Por su parte, Duarte, quien ha recordado la importancia de la seguridad en las calzadas, ha relatado que en una visita a Montreal estas navidades, en las primeras horas del día se llegaron a acumular 75 centímetros de nieve, mientras que en Madrid, el viernes 9 de enero, la nieve almacenada no llegó a los diez centímetros.

"En ningún caso se puede comparar España con países como Canadá", ha remachado Duarte.