Zapatero rechaza bajar los impuestos a las grandes empresas, que pueden usar los ERE

Madrid.-  El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha rechazado hoy la petición de las empresas familiares de extender la rebaja del Impuesto de Sociedades prometida para las pymes que mantengan empleo y ha recordado que las grandes compañías pueden recurrir a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

Zapatero ha intervenido en la asamblea anual del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que engloba a un centenar de grandes firmas, muchas de ellas líderes en sus sectores, que dan trabajo a más de 800.000 personas.

Para el Instituto, como ha subrayado su presidente, Simon Pedro Barceló, resulta urgente que el Ejecutivo apruebe una rebaja fiscal de cinco puntos del Impuesto de Sociedades aplicable a todas las empresas y que reduzca en dos puntos las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan por sus empleados.

Barceló ha asegurado que estas compañías no defienden el abaratamiento del despido, sino del empleo, es decir, reclaman que se reduzcan los costes de conlleva mantener los puestos de trabajo.

Zapatero ha reconocido sus esfuerzos en estos momentos de crisis y se ha comprometido a escuchar sus propuestas, pero ha rechazado sus peticiones fiscales.

Ha recordado que las pymes son responsables de la mitad de la destrucción de empleo de esta crisis y no cuentan con "mecanismos de adaptabilidad" como los Expedientes de Regulación de Empleo, a los que sí pueden recurrir las grandes empresas.

Los ERE, ha añadido, "están dando resultados positivos".

Este intercambio de opiniones se ha producido durante la comparecencia pública de Zapatero en la asamblea del IEF, aunque después el presidente del Gobierno ha mantenido un coloquio a puerta cerrada con los socios, entre los que se encontraban los máximos responsables de firmas como Sol Meliá, Mercadona, Eulen, Husa y Barceló.

En público, el presidente del IEF, que también ha pedido a Zapatero una exención fiscal por la reinversión de beneficios y que contenga el gasto público, le ha recordado la "gravedad" de la situación que atraviesan las empresas y el panorama "preocupante" en el que se mueven.

No obstante, ha señalado que España tiene la estructura económica y social propia de una potencia mundial y ha expresado su confianza en que la economía se recupere.

Zapatero ha insistido en que hay indicadores que apuntan a que la caída de la economía puede haber "tocado fondo".

El Gobierno, según ha manifestado, estudia estas señales "con cautela", porque sabe que la siguiente fase, hasta llegar a un crecimiento que cree empleo, "tampoco será fácil".

En este contexto, ha insistido en la necesidad de impulsar un nuevo modelo económico y ha defendido la futura ley de economía sostenible que, según ha asegurado, incluirá medidas fiscales, presupuestarias y normativas para apoyar a los sectores innovadores.

Por eso, Zapatero ha recomendado a los asistentes que reorienten su actividad hasta estos sectores o que transformen los tradiciones para hacerlos más sostenibles y competitivos.

Junto a la ley, ha recordado, el ICO movilizará 20.000 millones de euros -entre fondos privados y públicos- para impulsar la economía sostenible y los presupuestos del año que viene contarán con un nuevo fondo de inversión local de 5.000 millones para proyectos ambientales, de alto contenido tecnológico o vinculados a la atención a la dependencia.

Zapatero ha rechazado que se pueda acusar al Gobierno de "dirigismo" al impulsar este nuevo modelo, porque su misión es liderar y "poner las luces largas" para orientar en la recuperación a los sectores productivos.

Entre los asistentes al acto se encontraba el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, a quien el jefe del Ejecutivo se ha dirigido para ratificar su compromiso de volver al pacto europeo de estabilidad presupuestaria en 2012 tras varios años de déficit público.

El saldo negativo de las cuentas, ha explicado, no sólo se debe a la caída de la actividad, sino también a las rebajas de impuestos acometida que en 2008 y 2009 suponen una reducción de ingresos de 30.000 millones de euros, tres puntos del PIB.