Montoro quiere a Mafo. Mafo quiere al Gobierno. Las cajas peligran

¡Qué morbo! Comparece Miguel Ángel Fernández Ordoñez en la comisión de Economía del Congreso de los Diputados. El porqué es lo de menos, pues el gobernador del Banco de España se ha convertido, fusta en mano, en un jugoso personaje de la escena político-económica-financiera. Las cámaras y los micrófonos le esperan con impaciencia, superando el número de informadores al de políticos asistentes a la sesión.

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Ménage à trois.

Los populares Cristóbal Montoro y Fátima Báñez, junto a Pedro Aizpiazu, del PNV, bromean con el gobernador antes de que desgrane las líneas generales del informe anual del Banco de España que ha ido a presentar. "Qué expectación generas. Está esto repleto de periodistas", le dicen. El buen rollo y la camaradería resultan tan evidentes que lo que vino después estaba cantado. La exposición de Miguel Ángel Fernández Ordoñez, un repaso al estallido económico que se produjo en 2008, guardaba sorpresa en forma de alabanzas a las medidas emprendidas por el gobierno de ZP, el mismo al que le ha echado rapapolvos por no reformar el mercado laboral o por no abordar profundas reformas en el sistema de pensiones.

La subida de los impuestos especiales era hoy gloria pura —"es menos dañino subir impuestos especiales que el IRPF o el IVA"—; y la diferencia entre las previsiones económicas del Ejecutivo y las del Banco de España, una nadería porque "los rangos de incertidumbre son enormes". "Es impresionante la velocidad a la que se están corrigiendo los desequilibrios. En precios, mientras no haya deflación, es una bendición. Y en cuanto al déficit externo, en dos años puede ser la mitad del actual. Luego, lo importante es que el país siga creciendo", ha explicado el gobernador en un desconocido tono conciliador.

El amor flotaba en el ambiente. Tanto, que Marta Gastón, diputada socialista, ha calificado a Cristóbal Montoro de "meloso". Y se ha quedado corta, porque estaba claro que la relación iba ya por una fase más avanzada que por el tonteo. Era notorio que el PP había leído el documento de Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que se espera que apruebe el Consejo de Ministros del próximo viernes. Y que lo suscribía.

"Yo ya he dicho veladamente durante mi intervención que vamos a apoyar el FROB porque hay que hacer algo rápido, aunque no se puede ceder a las imposiciones de las autonomías. Nosotros ya nos ocuparemos de las nuestras, pero esto no se puede convertir en un sistema regional, que es por lo que abogan otros", aclaraba Montoro. Esos "otros" a los que se refiere el popular son Josep Sánchez Llibre, diputado de CiU, Pedro Aizpiazu, del PNV, y Joan Ridao de Esquerra Republicana. Los tres han coincidido al exigir un "respeto absoluto a las comunidades autónomas para que se mantengan sus competencias en el trámite de absorción o fusión de las cajas de ahorro", en palabras de Sánchez Llibre que han repetido uno tras otro. El control que Montoro asegura que impondrá en las comunidades en las que gobierna suena poco creíble ya que las divergencias entre sus presidentes autonómicos respecto al plan de rescate están provocando ya duros enfrentamientos internos.

En el seno socialista, tanto Montilla en Cataluña como Griñán en Andalucia —con su proyecto de integrar las cinco cajas en una—, no tienen intención de ceder cuota de poder en sus entidades. Los presidentes no dudarán en acudir al Constitucional, aunque durante el tiempo que tarde en dictar sentencia se habrán fusionado las cajas. Un ex diputado socialista y ex alto cargo económico, apunta que el fondo de rescate debe reunir dos características ineludibles. La primera, que el poder de decisión final recaiga en el Banco de España y la segunda, para garantizar la eficacia del fondo, que las cajas tengan cuotas participativas pero con derechos políticos. Así quien aporte financiación, se sentará en el Consejo y gestionará las cajas.

El gobernador, conservando el tono amable y esperanzador que estrenaba después de varias citas más tensas, ha respondido sin tapujos y con la frialdad de un cirujano obligado a intervenir urgentemente. "No debemos mantener estas instituciones zombies. Lo que el Gobierno ha anunciado —se refería al FROB— debe aprobarse ya. Es importante que el sistema financiero sea sólido, y que las entidades que puedan sobrevivan. Se respetará la cooperación competencial. Cuanto más consenso, más fácil la ejecución de las tareas". Montoro tenía claro que hasta quienes podían trabas acabarían apoyando el plan de rescate. Las entidades financieras con mejores cuentas de resultados llevan meses instando a los políticos a depurar el sistema, dado que la incertidumbre sobre la solvencia de la banca les ha ocasionado constantes caídas en Bolsa. Y ya se sabe que, donde hay patrón, no manda marinero.