Diarios fotográficos, lo cotidiano es lo extraordinario

Christoph Rehage recorrió a pie alrededor de 5.000 kilómetros, los que separan Pekín de Urumqi. Su idea inicial era llegar a hasta Bad Nenndorf, Alemania, pero quedó lejos de cumplir su objetivo. Como testimonio de esta pequeña hazaña vimos el video que compuso a partir de las fotografías y vídeos que tomó a lo largo del año que duró su viaje.

Noah Kalina no era nadie, pero se autorretrató día tras día a lo largo de 6 años y acabó posando con Paris Hilton. También lo hizo el artista norteamericano JK Keller durante 7 años. Aun así, entre los dos no superan los 17 años que estuvo fotografiándose Dan Hanna.

Son numerosos los intentos con similares intenciones que han hallado eco en Internet, en esa obsesión por reflejar el paso del tiempo en la apariencia de uno mismo. Como Karl Baden, que realiza un autorretrato diario desde febrero de 1987 o la familia argentina Goldberg, que toma una fotografía cada 22 de mayo desde 1976 de cada uno de sus miembros.

Lo cotidiano como tema

Todos estos proyectos tienen algo en común. Algo que surge en la observación de lo cotidiano, de lo habitual. Una extraña secuencialidad lograda con la superposición de las imágenes captadas a lo largo de los años con las mínimas variables. Sin embargo, las aproximaciones para captar lo cotidiano no son tales en el caso de Rehage o los Goldberg. En el primer caso porque el entorno varía con el transcurso de los días. En el segundo porque al ser un acontecimiento de carácter anual adquiere una excepcionalidad que es todo lo contrario a lo cotidiano.

Lo que generalmente nos muestran estas fotografías es la cotidianidad de los otros, lo que para nosotros en el momento de disparar ha sido acontecimiento. O en otro caso, acontecimiento en el que ellos son protagonistas y del que también formamos parte.

¿Y qué interés puede tener observar la vida cotidiana de los demás cuando no hay nada de extraordinario en ella y es anónima y ordinaria? ¿No sería esto como plantarse a ver el vídeo de unas vacaciones, una boda o el álbum familiar de unos desconocidos?

Es posible hasta comprar un kit para realizar el 'Proyecto 365'.

Esta parece ser la actitud de muchos de los usuarios de Flickr. La idea de mostrar el transcurso de lo más común de nuestras vidas se hace explícita mediante las fotografías que tomamos en nuestro entorno, captando en ocasiones su lado más extraordinario —como los últimos rayos solares que alcanzan a entrar en nuestro salón creando una atmósfera insólita— o el más anodino.

Los hay que nos cuentan su vida como si de un diario intimo se tratara y datan con exactitud el momento en que se hizo la foto. Es el caso de Astrid, que retrata asiduamente la puesta de sol desde su cocina, la ropa que llevará puesta a lo largo del día, los postres que comerá o las casas que visita.

Taylor McKnight concibió el ‘Project 365’ con el objetivo de realizar una fotografía diaria que diese cuenta de su vida a lo largo de todo un año. Lo hizo en 2004 y repitió en 2006. Otros, como Tavo, parecen haber seguido su ejemplo y ya va por su cuarto año. Para seguir esta clase de proyectos conviene visitar los grupos de Flickr Project 365 y My everyday life’.