Budistas para acabar con la crisis

BANGKOK (TAILANDIA).-  La crisis nos golpea a todos. Desde Oriente a Occidente, casi nadie escapa a sus tentáculos. Las armas para luchar contra ella se revelan muy diversas, 'bailouts' por parte de los Gobiernos, ajuste de los tipos de interés... pero aquí, en Bangkok, algunos todavía prefieren confiar en la eficacia de recetas, digamos, un poco más tradicionales. Ésta es la historia de una compañía afectada como tantas otras por la crisis y su particular manera de afrontarla.

A.D

¿Utilizarías este remedio para salvar tu negocio?

Es un soleado sábado por la mañana en Tailandia. Me encuentro en el almacén de mi compañía a las afueras de Bangkok. Ante mí, nueve monjes budistas orquestan con calculada coreografía una ceremonia con rezos y cánticos. Objetivo: ahuyentar los malos espíritus y traer buena suerte a nuestro negocio.

Todo empezó en una reunión cualquiera en nuestra empresa. Ante la pregunta: "¿Alguien tiene alguna propuesta para intentar mejorar las ventas?", el vivaracho responsable de logística, K. Chatporn, levanta la mano de manera entusiasta: "Sí, yo tengo una. Antes solíamos hacer en el almacén ceremonias para bendecir el negocio y asegurarnos que sólo teníamos buenos espíritus. Después dejamos de hacerlo y las cosas empezaron a ir mal. Tenemos que organizar una ceremonia para atraer de nuevo la buena suerte".

Ante mi sorpresa, todos los asistentes a la reunión (todos tailandeses) baten sus cabezas en clara señal de aprobación. Creo que todavía estoy con la boca abierta, pero saco fuerzas, como puedo, para hacer una señal de que acepto la propuesta, si bien algo novedosa para mis estándares.

¿Y por qué no intentarlo? Estamos es Asia, donde la superstición, el mundo de los espíritus y la adivinación tienen un gran peso en la vida diaria de las personas. Es raro encontrar a alguien que no luzca un amuleto y más raro aun encontrar alguna casa o negocio que no esté "protegida" por algún fetiche o talismán. Pero no sólo están presentes en la vida privada de las personas, importantes decisiones políticas están basadas en las predicciones de expertos adivinadores. El Rey de Tailandia, por ejemplo, tiene en su servicio a varios astrólogos que le aconsejan sobre cuando aparecer públicamente y las declaraciones políticas importantes son hechas en los días que son declarados propicios.

Preparativos de nuestra particular solución contra la crisis:

Primer paso: elegir una fecha propicia. No, no basta con elegir un día y ya está. El proceso es algo más complejo. Hay que consultar con un "experto" que señala el sábado día 14 como la fecha más favorable para realizar nuestra ceremonia. La elección de la fecha idónea es un proceso de gran importancia en la vida de los tailandeses. La fecha de un acontecimiento tan importante como una boda pocas veces se hará sin seguir este trámite clave y será un adivino o 'fetichero' quién marcará la fecha propicia para garantizar buena suerte a los contrayentes. Esto explica que veas muchas bodas en Bangkok celebrándose entre semana.

A.D

¿Crees que puede funcionar?

Segundo paso: buscar los monjes budistas que celebrarán el ritual. Esto parece ser la parte más difícil. No somos los únicos que hemos tenido la misma idea. Vivimos tiempos difíciles y al parecer hay overbooking de monjes 'anticrisis'. Finalmente los buenos contactos de K. Chatporn permiten que tengamos nueve monjes que llevarán a cabo la ceremonia. "¿Por qué exactamente nueve?". La respuesta parece ser de una gran obviedad: "El Rey de Tailandia es el noveno en la dinastía Chakri, nueve es un número altamente propicio". Tienen que ser nueve monjes, está claro, umm..., sí, clarísimo, ¿cómo no lo había pensado antes...?

Tercer paso: para la realización de la ceremonia habilitamos un área del almacén. Los monjes han traído todos los cachivaches necesarios para crear una atmósfera sagrada: alfombras en el suelo, imágenes de Buda, adornos florales... Los tailandeses antes que budistas eran animistas (creencia en espíritus). Parte de estas supercherías se mantienen hoy en día, conviviendo, sin ningún problema, con la práctica del budismo. De acuerdo con esta creencia hay espíritus que son dueños de la tierra. Si estos seres sobrenaturales se sienten perturbados en su existencia y no se les concede el "debido respeto" por parte de los moradores de su "propiedad" (o sea, en este caso nosotros) pueden convertirse en seres tremendamente incómodos y perjudiciales. Y aquí tenemos la explicación a todos nuestros males económicos: llevamos mucho tiempo sin prestar a nuestros espíritus la debida atención, hemos "pasado" de ellos. Así que esta ceremonia lo que hará en realidad será reconciliarnos con ellos, algo así como decirles: "Chicos, lo sentimos, hemos estado ocupando vuestra tierra, nos hemos instalado aquí, nos pasamos el día sacando y metiendo cajas, haciendo un montón de jaleo, y ni si quiera os hemos dado las gracias". Y ya estamos todos arrodillados ante los nueve monjes que comienzan con gran sintonía sus cantos y rezos. Parece haber un maestro de ceremonias, el de mayor edad, que dirige el ritual. "¿Qué dicen?", pregunto. Pero nadie lo sabe. Los monjes cantan en sánscrito una lengua ya muerta, así que sólo queda hacerse llevar por el soniquete monótono y relajante que envuelve el ambiente.

Tras media hora la ceremonia termina. El monje de más edad nos confirma que los espíritus han aceptado nuestras disculpas, por fin tenemos las condiciones propicias para empezar a cosechar buenos resultados. Pongo cara de que me han quitado un gran peso de encima, pero obvia decir que no tengo demasiada confianza en esta peculiar solución "anticrisis". Le pregunto a uno de los monjes si tienen mucho trabajo estos días en Bangkok. Me contesta que sí, que últimamente no paran, de hecho están con prisa porque tienen que realizar una ceremonia similar en otra empresa de la zona. Así que nos urge a pagar los 16.000 THB (aproximadamente unos 320 euros) que cuesta toda la parafernalia. A éstos parece que la crisis no les ha afectado mucho...

Y finalmente, ¿los espíritus quedaron satisfechos y dejaron de fastidiarnos el negocio?, ¿nuestras ventas recuperaron su ritmo normal? La respuesta probablemente dependerá de la interpretación que haga cada uno, pero para mí lo realmente importante es que esta breve incursión en el mundo de las creencias de Asia me ha hecho entender mejor la gente con la que trabajo, entender mejor su cultura, y eso sí que no tiene precio.