Cinco detenidos en Tàrrega por matar ganado en granjas para vender la carne

Tàrrega (Lleida).-  Los Mossos d'Esquadra han detenido a cinco personas en Tàrrega acusadas de entrar en diversas granjas del municipio y matar varias piezas de ganado con el objetivo de robar la carne para después venderla.

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(EFE)

Un rebaño de ovejas. EFE/Archivo

Según ha informado hoy la policía autonómica, las detenciones se han producido a raíz de una investigación iniciada el pasado 25 de agosto, cuando una granja de la localidad denunció que alguien había entrado en sus instalaciones de noche y había matado varias ovejas para llevarse la carne.

En concreto, los ladrones accedieron a la granja a pie, mataron las ovejas que tenían previsto llevarse -valoradas en 3.200 euros- y entonces las despiezaron allí mismo para llevarse la carne.

Posteriormente, los cuatreros también robaron en una granja de cerdos Tàrrega, de la que se llevaron carne valorada en 960 euros.

En total, los ladrones habían cometido supuestamente media docena de robos utilizando este 'modus operandi'.

Los Mossos iniciaron un dispositivo de vigilancia en Tàrrega durante el cual descubrieron en las inmediaciones de la primera granja robada un cobertizo en el que había guardada una motocicleta con un remolque y que presuntamente era el medio que utilizaban los ladrones para efectuar los robos de ganado.

La misma noche que la policía autonómica descubrió el cobertizo con la moto, su propietario denunció el robo del ciclomotor.

Los Mossos entendieron que se trataba de una denuncia falsa con el fin de evitar ser acusado de los robos.

A partir de ahí se pudo detener a los cinco implicados, todos de nacionalidad española y vecinos de Tàrrega.

Los detenidos son Abraham J.H., de 29 años; Alejandro J.H., de 22; Eulogio R.M., de 55; José Manuel P.V., de 28 y José Manuel G.P., de 49 años, todos ellos acusados de los delitos de hurtos, robos con fuerza y simulación de delito.

Los Mossos no descartan que haya más detenidos implicados en los hechos, ya que entienden que la carne que robaban la vendían a algún comerciante que podría ser acusado de un delito de receptación.