Yuri Herrera narra el "terrible dolor que implica la decisión de irse"

Madrid.-  La migración, la sensación de abandono, "ese terrible dolor que implica la decisión de irse", le sirvió a manera de lienzo al mexicano Yuri Herrera para escribir "Señales que precederán al fin del mundo", una ficción novelada en la que el escritor rinde homenaje a la mujer.

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(EFE)

Fotografía de archivo del 17 de abril de 2008 del escritor mexicano Yuri Herrera Gutiérrez durante su participación en el I Congreso Internacional de Ficción Criminal que se desarrolló en la Universidad de León. EFE/Archivo

"Aunque la migración siempre ha sido vista como asunto de hombres, también hay muchas mujeres solas, enfrentadas a los mismos peligros que ellos y, aparentemente, con muchas menos armas para defenderse", dijo Herrera en una conversación con Efe.

Es una mujer, Makina, la protagonista de la novela que este autor mexicano nacido en 1970 presenta esta semana en España, un año después de que publicara la primera, "Trabajos del Reino", ambas en la editorial madrileña Periférica.

En este caso se trata de una historia que transcurre supuestamente entre tierras fronterizas mexicano-estadounidenses, pero que Herrera nunca llama con nombres propios. Sus personajes simplemente emprenden viaje desde su tierra hacia el "gabacho".

Y si Herrera no adjudica nombres al escenario de su novela es porque no deseaba que la geografía literaria de la obra fuese exclusivamente la frontera mexicana. "En el fondo -dijo- hay algo más universal, con unos dilemas que también se pueden plantear en otros lugares del mundo".

"La historia de Makina le puede suceder a cualquier otra persona", mujer u hombre, de los y las que cruzan de forma precaria el Mar Mediterráneo desde África hacia España, según Yuri Herrera.

La mujer de la novela, que inicia un periplo transfronterizo en busca de un familiar, se mueve entre diversos referentes y personajes típicos de ese escenario: frontera, drogas, violencia, inmigración.

"Señales que precederán al fin del mundo", el título de la novela alude "a la renuncia del mundo propio", dice el autor: "A ese dolor terrible que implica la decisión de irse, de convertirse en otra persona, a la ambivalencia de alguien que no quiere marcharse pero no tiene otra opción".

La novela de Herrera tiene otra mina: el lenguaje. Toda la narración está sembrada de expresiones mexicanas, de adjetivos y expresiones utilizadas como un "juego lingüístico" que el autor achaca a la pretensión de preservar "el espíritu" de la novela.

"El habla -dice- es una representación realista de la frontera, no sólo de la física, la de las noticias, sino de la forma en que yo me reconozco en el otro y el otro se reconoce en mí".

Acerca de su quehacer profesional, Yuri Herrera afirma que vive "agradecido" con los cómics por la buena influencia que estos tuvieron en el aprendizaje del oficio.

Y también con los libros de autores como Emilio Salgari o Jorge Luis Borges, que el padre les ofrecía a los hermanos Herrera. "En casa había estantes llenos de libros hasta en los baños; fue natural la lectura, vivir con los libros y fue natural también ponerse a escribir".

Para el futuro más cercano tiene dos proyectos de novela. "Uno de ellos -que completaría una trilogía junto con "Trabajos del Reino" y "Señales que precederán al fin del mundo"- tiene que ver con la pregunta ¿cómo hemos llegado a los niveles de violencia y de indiferencia que tenemos hoy en la sociedad...?".

El otro está asociado a un proyecto de investigación de su maestría en Lengua y Literatura Hispánicas, en la Universidad estadounidense de Berkeley, sobre una masacre de mineros acaecida en la localidad mexicana de Pachuca, en 1920.

Herrera dice que indagará en el expediente judicial, en una novela antigua y en lo escrito en los periódicos de la época. "Para auscultar en ellos los vacíos y los silencios que, muchas veces, pueden ser muy expresivos".

"Tengo el propósito de que sea una novela de más largo aliento que las anteriores", agrega. "A ver qué sale".

Javier Nieto-Remolina