"El Fandi" a hombros y banderillero Chicote, herido "grave"

Jaén.-  El diestro David Fandila "El Fandi", que obtuvo dos orejas, abrió hoy la puerta grande de la plaza de toros de Jaén en la última corrida de la feria de San Lucas, en la que el banderillero de su cuadrilla, Carlos Chicote, resultó herido "grave".

ampliar foto

(EFE)

El diestro David Fandilla "El Fandi" busca cómo entrar a matar al primer toro de su lote, durante la última corrida de toros de la Feria de San Lucas de Jaén celebrada esta tarde, en la que uno de los toreros de su cuadrilla sufrió una cogida en la pierna y tuvo que ser trasladado a la enfermería.

Se lidiaron cuatro toros de Román Sorando y dos -primero y sexto-, de El Torero, justos de presentación mansos, sosos y de poco juego.

Enrique Ponce, ovación tras dos avisos y ovación.

Curro Díaz, ovación y una oreja.

David Fandila "El Fandi", una oreja y una oreja.

En la enfermería fue operado el banderillero Carlos Chicote de "herida en cara externa del muslo derecho con dos trayectorias, una descendente de ocho centímetros y otra ascendente de doce que desgarra el músculo cuádriceps. Pronóstico grave. Trasladado a la Clínica Cristo Rey de Jaén".

La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde espléndida.

------------------

CORRIDA SIN TOROS

Enrique Ponce tuvo un lote infumable. Su primero, flojo en extremo y sin raza alguna, lo toreó con cierto buen aire a media altura, pero sin llegar a compactar faena. Con el cuarto volvió a mostrarse muy técnico en una labor de pasajes interesantes, pero al igual que le ocurriera con anterioridad, sin poder resolver.

Curro Díaz tampoco tuvo demasiadas opciones con su primero, toro también justo de toro, con el que dejó "chispazos" sueltos de cierto aroma pero sin armar trasteo.

El quinto tuvo sin embargo algo más de fondo, y Díaz, sobre la base de la elegancia y los detalles de exquisita torería en los que fundamenta su concepto, hizo por momentos toreo de calidad, lo que le valió una oreja.

"El Fandi" sacó partido de sus vibrantes tercios de banderillas para lograr los mejores momentos de la tarde. A su primero le cortó una oreja gracias a una faena de mucha disposición, en la que estuvo por encima del toro, manso y deslucido, y que conectó con los tendidos.

Otra oreja paseó del sexto con el que volvió a mostrarse muy entregado desde la misma apertura de capote, en una faena de nuevo vibrante, con ritmo e incluso algunos muletazos sueltos de buen trazo, y que también fue seguida con intensidad por el público.