Un grupo de presas presenta a Velázquez su colección textil "Malas Meninas"

Madrid.-  Un grupo de presas del Centro Penitenciario Alicante II ha presentado hoy en el Museo del Prado de Madrid sus "Malas Meninas", una serie de productos textiles para el hogar que han confeccionado desde la cárcel y que sale hoy a la venta.

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(EFE)

Las reclusas del centro penitenciario Alicante II, en Villena, que han diseñado prendas textiles y complementos de menaje en colores inspirados en "Las Meninas" de Velázquez, dentro de un proyecto para favorecer su reinserción en la sociedad, durante la presentación de la colección, a las puertas del Museo del Prado, en Madrid.

Las presas han traído a Madrid sus manoplas, delantales, paños y manteles estampados con un diseño basado en "Las Meninas" de Velázquez, para presentarlos a las puertas del museo que alberga el cuadro que inspiró la colección, y que la mayoría han tenido ocasión de ver hoy por primera vez.

"Impresionante", "fascinante", "hasta se me ha puesto la piel de gallina", han comentado muchas de ellas ante la pintura, aunque algunas otras han apuntado entre risas que las doncellas retratadas tienen efectivamente "cara de malas".

Pero no es por esto por lo que bautizaron a su colección con el nombre de "Malas Meninas", sino porque cuando tuvieron claro que querían basarse en la obra de Velázquez se les ocurrió "hacerlas malas" como un "guiño" a su condición de presas.

Las nueve reclusas que han visitado Madrid forman o han formado parte de un taller textil que va a cumplir dos años y por el que han pasado más de una veintena de mujeres, gracias a un programa de reinserción que busca darles la oportunidad de formarse profesionalmente en la confección y acercarse al trabajo empresarial.

Según el subdirector de la prisión alicantina, proyectos como éste ayudan a cubrir "los déficits que les han llevado a prisión, porque llegan con la autoestima baja, una cualificación y hábito laborales nula, y dependencia personal".

En este taller las mujeres trabajan en equipo realizando "a mano, a medida y a la antigua" todas las tareas -desde dibujar el patrón, recortar la tela y coserla hasta darle los últimos retoques- por turnos, de manera que "vayan aprendiendo todo el proceso".

Para el diseño, cuentan con la ayuda de la ONG Diseño para el Desarrollo, con la que ya hicieron una colección de "ropa carcelaria": a rayas negras y blancas, "como auténticas presas", según ha contado a Efe uno de sus miembros, Gonzalo Ribot.

Las internas que participan en este proyecto destacan que el taller, al que se apuntaron por "superación personal", ya que muchas no sabían "ni agarrar una aguja", les da "mucha ilusión" y les ayuda a "seguir adelante, ser positivas" y saber que pueden "hacer un montón de cosas".

Además de formarse en este oficio, el trabajo en el taller les aporta satisfacciones a nivel humano: "a veces doy gracias de caer donde he caído sólo por conocer a esta gente, es un equipo fabuloso", señala una de las mujeres, que lleva cuatro meses en prisión.

"Están, dentro de la reclusión, en una pequeña burbujita donde tienen proyectos e ilusiones, algo por lo que luchar, han vuelto a sonreír", ha explicado la directora del proyecto, Esther Esquembre.

De hecho, tras su paso por el taller, muchas esperan poder dedicarse profesionalmente al sector de la costura cuando salgan de la cárcel.

Por eso, como explica la presidenta del Programa de Reinserción de Mujeres (PRM), Rosa Escandell, se ha organizado también un taller externo en el que trabajan con otras mujeres excluidas socialmente, como maltratadas, prostitutas o mujeres de etnia gitana.

Las trabajadoras de este taller han reconocido que cuando acabaron la colección se emocionaron, se sentían "orgullosas" y a alguna incluso "se le saltaron las lágrimas".

Ahora esperan que las "Malas Meninas", que se venden a partir de hoy en las tiendas La Oca de toda España, tengan buena acogida, mientras ya piensan en la próxima colección, esta vez, de ropa para niños.