La carrera por la candidatura demócrata ha roto récords de participación, de recaudación, gasto y duración. Ha sido una lucha enconada en la que se han usado todo tipo de argumentos para descalificar al rival, pasando incluso por acusaciones de islamismo radical. La lucha ha despertado incluso el temor a que Obama fuera asesinado, lo que se utilizó incluso para apoyar la candidatura de Hillary, porque era menos "asesinable" que el senador negro.